Eloy (Leandro Stivelman) es un adolescente de diecinueve años que trabaja junto a sus padres. Su
trabajo consiste en repartir lápidas y figuras ornamentales en las sepulturas que atiende el negocio
familiar en el cementerio de la ciudad. Al morir su padre, Eloy ve acelerar el tiempo que lo llevará
a la adultez en un mundo hostil y ajeno. En el camino conoce a Elvira (Antonella Costa), una joven
andaluza, que mediante el aprendizaje de ciertas prácticas sexuales le permitirá acceder a zonas
desconocidas de su espíritu y de la realidad.
Opinión
El comienzo de todos los cambios. - "La reciente película del cineasta argentino Eliseo Subiela, ?No
mires para abajo?, siempre fiel a su tradicional estética de la imagen y a sus temas siempre
colmados de casuística; propone en esta historia narrada en primera persona: Los esquemas sobre la
amistad, el am ...
más»
El comienzo de todos los cambios. - "La reciente película del cineasta argentino Eliseo Subiela, ?No
mires para abajo?, siempre fiel a su tradicional estética de la imagen y a sus temas siempre
colmados de casuística; propone en esta historia narrada en primera persona: Los esquemas sobre la
amistad, el amor y el desarrollo de esa devoción entre una joven pareja Eloy (Leandro Stivelman) y
Elvira (Antonella Costa).
Esta historia cargada del más inteligente erotismo que haya visto en el cine latinoamericano hasta
los presentes días, me permite aproximarme una vez más a dos temas en el cine de Subiela. Eros (?El
lado oscuro del corazón?) y la muerte (?No te mueras sin decirme a donde vas?). Entonces, tres
conceptos salidos de los mismos diálogos de los personajes (la más sincera caracterización de dos
jóvenes, con la ausencia de gestos ?falsificados?), invitan (a mi juicio) a la siguiente lectura del
filme:
1.- Cuando Eloy sentencia ?Nos muertos no necesitan leer para enterarse de las cosas?. Aquí Subiela
confronta la relación del joven con su padre fallecido (?El espíritu de papá viene las noches a
casa?) y ofrece una lectura de las relaciones padre e hijo, desde la perspectiva de la necesidad de
sentir al ser adorado y la sabiduría de la vida. Su metáfora esclarece el sentido propio de aquellos
seres ya desparecidos (La escena de la bicicleta y los señores pegados a la pared con sus tics).
2.- El diálogo de Elvira cuando sentencia que ?No quiero ver a Dios después de muerta, quiero verlo
aquí en la vida.¡Vamos a buscarlo!?. Y es la primera escena de amor que sublima esta idea y confiere
a la historia la ausencia de la metáfora para aproximarnos al goce los cuerpos. Ya en esta escena,
vino a mi memoria el diálogo en la ?La hija del caníbal?, de Antonio Serrano, cuando Lucía (Cecilia
Roth) al ser amada por un joven, piensa: ?El cielo si es que existe, debería ser un instante de sexo
detenido?.
3.- Cuando se asevera que ?las debilidades? podría compararse a ?las formas defectuosas de andar?.
Con metáforas visuales, introduce ?ese andar? por la vida en todos sus senderos. Aunque sea en el
cuerpo de Elvira, donde arriba de sus nalgas se lee el tatuaje: ?Comienza una nueva vida?, en un
acto en que la pareja se untan de aceite antes de comenzar el sutil juego de hacer el amor, siempre
dirigido por ella.
Podríamos sentenciar que esta película, lleva al Subiela de siempre. Un cine para disfrutar de su
plasticidad de la imagen y su música, pero también para pensar un poco, sobre lo que parece ya no
interesar al ser humano. Y no olvidar el consejo del papá de Eloy: "En la vida siempre estarás
diciendo adiós. ¡Qué eso no te impida amar!". Autor (a): Gonzálo Restrepo Sánchez de Barranquilla,
Colombia. menos«
Título original
No Mires para Abajo
Próximo estreno: 30 de
Actúan
Leandro Stivelman, Antonella Costa, Hugo Arana, Mónica Galán
Próximo estreno: 30 de
Califícame: