Mateo es un hombre que escribe, vive y ama en la oscuridad. Catorce años antes sufrió un brutal
accidente de coche en la isla de Lanzarote. En el accidente no sólo perdió la vista, también perdió
a Lena, la mujer de su vida. La historia de Mateo, Lena, Judit y Ernesto Martel es una historia de
"amour fou", dominada por la fatalidad, los celos, el abuso de poder, la traición y el complejo de
culpa. Una historia emocionante y terrible cuya imagen más expresiva es la foto de dos amantes
abrazados, rota en mil pedazos.
Opinión
La fragilidad de un abrazo compartido, 29 abril 2010. - "Cada vez que nos encontramos ante un nuevo
estreno de nuestro cineasta más importante (tras Buñuel), es indudable que se crea un alto grado de
expectación, y también de responsabilidad por parte del director manchego. Cada vez también con más
asi ...
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La fragilidad de un abrazo compartido, 29 abril 2010. - "Cada vez que nos encontramos ante un nuevo
estreno de nuestro cineasta más importante (tras Buñuel), es indudable que se crea un alto grado de
expectación, y también de responsabilidad por parte del director manchego. Cada vez también con más
asiduidad, el resultado colma cualquier expectativa creada, y en la ocasión que nos ocupa sucede
exactamente lo mismo.
Y sucede lo mismo, porque nos encontramos ante una obra que contiene todos los elementos necesarios
para catalogarla de -casi- redonda. Sin renunciar ?en ningún momento, y por fortuna- a su particular
estilo y con un alto grado de madurez y personalidad, el genial director Pedro Almodóvar vuelve a
construir una historia de pasiones encontradas, de emociones ininterrumpidas y etéreas nostalgias,
que en esta ocasión se presentan en forma de abrazos que no terminan de fundirse, en abrazos rotos.
Este tipo de abrazos es uno de los símbolos utilizados para expresar ese sentimiento de fatalidad.
Pero es sobre todo el significado doble, entendido como duplicación el valor más potente que rodea
todo el film. Ya desde los créditos podemos observar como la cámara de Almodóvar observa primero a
los dobles de luces de Penélope Cruz y Lluis Homar, y posteriormente a estos mismos concentrados
antes de rodar una importante escena. Es una oportunidad única de captar lo que jamás se debiera
ver. Un voayerismo supremo que nutre un ansia del director; su fascinación por observar sin ser
visto y captar la esencia de miradas y silencios. La mencionada duplicación también la encontramos
en el mismo protagonista , que tras una terrible tragedia, decide cambiarse el nombre y por ende al
anterior director de cine Mateo y convertirse en el nuevo guionista Harry. También hay finalmente,
doble perspectiva en la misma Lena (Penélope Cruz), tanto en su vida privada con sus dos relaciones
claramente diferenciadas, como con su personaje en la película que está rodando. Duplicidad,
desdoblamiento, duplicado. Diferentes conceptos para expresar una diáfana idea: la doble vertiente
entre ficción y realidad. Dos conceptos que Almodóvar termina por dominar casi con insultante
suficiencia. Un juego de sombras sobre el que trabajar con dos sentidos opuestos de un mismo
escenario.
Si hay una cualidad en la que Pedro Almodóvar destaca por encima de casi todos los cineastas, es en
la dirección de actores. Y son Penélope Cruz y Lluis Homar los que más y mejor han salido
beneficiados en este sentido. Penélope se nos presenta espléndida. El director ha sabido sacar lo
mejor y más brillante tanto en su labor de interpretación donde vuelve a estar a gran altura, como
sobre todo estéticamente donde hay planos tan sensacionales que a uno le vienen a la mente las
maravillosas Audrey Hepburn, Ingrid Bergman, Sofía Loren o Shirley Mac Laine donde explosión visual,
ingenua belleza y capacidad de seducción ante la cámara son fuego y pureza a partes iguales. Por
otro lado en Lluis Homar encontramos su lado más seductor y atractivo en una notable interpretación
tanto de galán con escrúpulos como de resuelto ciego canalla. Un trabajo crucial para entender el
devenir de una historia que se nos presenta compleja en algunos tramos y contundente en momentos
finales.
Si bien es cierto que la breve inclusión de actrices archi conocidas de su cine como Rossy de Palma
o Chus Lampreave, o el desarrollo de una película dentro de la película que resulta ser una libre
adaptación de "Mujeres al borde de un ataque de nervios", pudiera interpretarse como un auto
homenaje a su cine, principalmente el de los años ochenta, más bien se entiende como un guiño
nostálgico hacia ese mismo cine. Un deseo de volver una agradecida mirada a aquel mundo en el que
Almodóvar se movía como pez en el agua y que tantas satisfacciones le otorgó. Un discreto gesto, que
culmina con divertido monólogo de la siempre espontánea Carmen Machi y que todo en conjunto supone,
eso sí, un homenaje a todas las actrices que formaron parte de aquella época y que adquirieron el ya
de por sí significativo nombre de "chicas Almodóvar".
La película se mueve en el -muy cómodo para el cineasta- género "noir" que ya tocase en "Carne
trémula" y "La mala educación", siempre sin abandonar los inconfundibles toques pop-art tanto
estéticos como morales, y miradas cargadas de matices "warholianos" y un thriller tratado con el
respeto y el tacto suficiente para dotar a la historia de un dinamismo y emoción que no pierde
fuelle en ninguno de los momentos del metraje. Todo ello acondicionado con una sucesión de
magistrales tomas, secuencias y escenas a caballo entre lo urbano y la naturaleza de Lanzarote, y
que alcanzan su momento más espléndido con dos en concreto. La primera en la que Penélope se auto
dobla a sí misma en una escena de elevada carga moral y psicológica y que supone un punto y seguido
en el desarrollo de la historia. Y una segunda donde nos encontramos una escenificación de la
siempre imposible tarea de atrapar el tiempo perdido. Sostenerlo en las manos como Mateo intenta a
través de una pantalla de televisión donde fotograma a fotograma se presencia lentamente lo que
quiso ser un beso eterno. Un beso roto.
Nos hallamos ante una verdadera y abierta declaración de amor al cine en general, y al neorrealismo
italiano en particular, en su personalísima visión de entender éste y de comprender el mundo actual
que le rodea y al que le añade sutiles matices de obligado reconocimiento. Todo un ejemplo de
valentía y pureza narrativa. Un nuevo acierto del que a día de hoy, es el director más importante de
nuestro cine." - Autor (a): SergioRoma de España menos«
Título original
Los Abrazos Rotos
Género
Drama, Romance, Thriller
Próximo estreno: 30 de
Actúan
Penélope Cruz, Lluís Homar, Blanca Portillo, José Luis Gómez, Rubén Ochandiano, Tamar Novas, Carmen Machi
Próximo estreno: 30 de
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