Fahrenheit 451 es la temperatura a la que arde el papel de los libros. Guy Montag, un disciplinado
bombero encargado de quemar los libros prohibidos por el gobierno, conoce a una revolucionaria
maestra que se atreve a leer. De pronto, se encuentra transformado en un fugitivo, obligado a
escoger no sólo entre dos mujeres, sino entre su seguridad personal y su libertad intelectual.
Opinión
Una fascinante evocación del futuro desde un melancólico pasado, 11 marzo 2010 - "François
Truffaut siempre tuvo dos debilidades a las que le costaba acceder por pudor o por temor a
desmitificar su figura de 'enfant terrible' de 'Los 400 golpes' (1959): una era la ciencia-ficción
en su faceta de prosp ...
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Una fascinante evocación del futuro desde un melancólico pasado, 11 marzo 2010 - "François
Truffaut siempre tuvo dos debilidades a las que le costaba acceder por pudor o por temor a
desmitificar su figura de 'enfant terrible' de 'Los 400 golpes' (1959): una era la ciencia-ficción
en su faceta de prospección del futuro de la humanidad, concerniente a nuestra civilización; y el
otro era el universo de Hitchcock con todo lo que ello implica, el suspense, el tratamiento de la
psicología en sus personajes ante situaciones extremas y... la música de Bernard Herrmann. Truffautt
intentó llevar a cabo un proyecto cinematográfico que satisficiera esas dos debilidades, sin cuyo
intento no habría calmado ni colmado sus expectativas artísticas. El fruto de ese proyecto fueron
dos filmes: 'La novia vestía de negro' (1968) y ésta 'Fahrenheit 451'. Y en ambas salidas
estilísticas de su personal cinematografía estaba el engarce de oro y brillantes del genial
compositor Bernard Herrmann, probablemente el compositor cuya música ha permanecido más indeleble al
correr del tiempo, sin pasar de moda y sin tener ese tufillo acústico a naftalina como puede suceder
con Dimitri Tiomkin. De hecho Truffaut dijo que la música de Herrmann se había adelantado a su
tiempo en varias décadas, lo cual implícitamente era reconocer que la música de Herrmann superaba la
calidad de su film.
Y en efecto, la banda sonora de 'Farenheit 451' contiene una de esas músicas que perdura en la
memoria como un icono del film que sustenta y del género cinematográfico al que representa.
En este caso, y de igual modo, la novela de Ray Bradbury en la que se inspira es superior al guión
adaptado del propio Truffaut que no demasiado convencido de lo que tenía entre las manos solicitó la
colaboración de otros escritores, cuando debió intentar contratar al mismo Ray Bradbury que también
era guionista o a otros escritores de ciencia-ficción que tenían experiencia como redactores de
cine, como Theodore Sturgeon o Harlan Ellison.
La inexperiencia de Truffautt en el género le dio un toque naïf a los personajes y al modo de
afrontar los logros técnicos conseguidos en el futuro: el monorraíl, las motos voladoras o los
teléfonos. En realidad más que ser una visión del futuro de Truffautt, con el devenir del tiempo,
parece un universo paralelo al de los años 60, que bien pudo darse en otra dimensión. Sólo es
cuestión de creencias desde el plano de lo fantástico. Así, cuando uno revisa 'Fahrenheit 451' cada
cierto tiempo se tiene la sensación de evocar un futuro que pudo ser desde la melancolía de un
pasado que ya no es. Sin embargo, nunca se sabe, quizá el mundo imaginado por Bradbury en 'Farenheit
451' esté más cercano de lo que parece; el actual dominio de las tecnologías audiovisuales sobre el
soporte de la letra impresa en papel puede provocar que dentro de un futuro no muy lejano termine
con los libros, que algún gobierno toralitario en algún lugar del mundo decida algún día abolir el
imperio del libro con llamaradas de queroseno a través de un cuerpo de bomberos pirómanos.
Quizá lo más fascinante de 'Faherenheit 451' sea, como digo, esa evocación del futuro desde un
melancólico pasado. Y desde ese punto de vista el elenco actoral está extraordinariamente bien
escogido. Oskar Werner, Julie Christie, y la anciana actriz que encarna el personaje de una
bibliotecaria clandestina, la olvidada en el reparto pero inolvidable en su personaje, Bee Duffell,
destilan esa menlancolía, una sutil tristeza que parece ir contracorriente de la llamada década
prodigiosa que rebosaba optimismo cuando miraba el futuro, sobre todo al pisar Armstrong suelo lunar
en el verano de 1969.
Personalmente a mí, aparte los personajes, la fascinación de lo melancólico me vino por las
ubicaciones de los escenarios: el Black Park de Buckinghamshire en Inglaterra, la urbanización
modélica en modernidad para la época de la villa de Loiret y el solar del monorraíl experimental en
Châteneuf-sur-Loire en Francia. Aunque lo que siempre permanecerá en mi memoria será el vehículo de
bomberos llamado acertadamente 'Ingenio de fuego' por Bernard Herrmann en el corte de su partitura,
sin duda una pequeña obra maestra de la banda sonora. Con apenas dos minutos de duración ejecutada
por un cuerpo de cuerda de veinte miembros, cuatro arpas y un percusionista que tocaba tres
idiófonos alternativamente (xilófono, vibráfono y marimba), Herrmann consigue una partitura genial
obrada desde la simplicidad de una breve orquesta para ilustrar musicalmente el también simple
diseño de un amenazador vehículo de bomberos." - Autor (a): ALBERTO SIMON de Madrid (España) menos«
Premios y detalles:
BAFTA Awards
1967
Nominada
BAFTA Film Award Best British Actress
Julie Christie
Hugo Awards
1967
Nominada
Hugo Best Dramatic Presentation
Título original
Fahrenheit 451
Género
Drama, Ciencia Ficción, Suspenso
Próximo estreno: 30 de
País
Reino Unido, Francia
Actúan
Oskar Werner, Julie Christie, Cyril Cusack, Anton Diffring, Jeremy Spenser
Director
Jean-Louis Richard, François Truffaut
Próximo estreno: 30 de
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