Aunque la mona se vista de seda Disney se queda. - "Para emitir una valoración coherente, debemos analizar en primer lugar la calidad de las infraestructuras utilizadas para realizar el producto, pues en base a ello y como es lógico, el grado de exigencia al resultado será mayor o menor. En este caso, nos ... más» Aunque la mona se vista de seda Disney se queda. - "Para emitir una valoración coherente, debemos analizar en primer lugar la calidad de las infraestructuras utilizadas para realizar el producto, pues en base a ello y como es lógico, el grado de exigencia al resultado será mayor o menor. En este caso, nos encontramos con un paraíso tecnológico preparado para crear lo que se le ocurra a los productores de turno y de hecho, técnicamente, el producto obtenido no tiene ni un solo pero a ese nivel. El sin embargo, aparece en otro tipo de cuestiones tan importantes, si no más, que, por supuesto, es necesario reseñar. Y aquí es donde la nota baja ostensiblemente. La puntuación en cuanto a originalidad es el cero absoluto. La historia, adaptada del show de truman, se limita a calcar, sin apartarse un ápice, la misma vieja y gruesa linea del guión más convencional, del que con años luz de antelación, sabremos punto por punto todo lo que va a ocurrir y por supuesto cual va a ser el final. Obviamente, como ocurre en la mayoría de estos productos, quienes los realizan saben que su clave se encuentra en unos diálogos conseguidos (y de hecho están muy trabajados) y en unos personajes secundarios con personalidad que consigan distraer la atención del espectador para lograr que a éste no le importe que le estén vendiendo eternamente el mismo vaso de vino, embotellado cada vez con diferente etiqueta. Otro detalle que no debemos olvidar, es el rancio poso que dejan los pasteles firmados por Disney. El empalago que producen requiere de ejercicio físico inmediato porque, en caso contrario, hay un serio riesgo de coagulación de sangre en el cerebro, que llegaría inexorablemente en su última fase, a la mutación del mismo para convertirse en un bloque de hormigón o en una gran gominola, que, en el fondo, viene a ser lo mismo. Hace ya mucho tiempo que el mundo ha ido cambiando, evolucionando (no voy a entrar a analizar si para mejor o para peor) pero, lo cierto, es que estoy ya agotado con la peste moralista que sigue continuamente impregnando en sus películas, cada una de las letras de la palabra INRI, digo... DISNEY. Pues bien, en definitiva, producto de gran envoltorio, perfectamente realizado, con diálogos y personajes bastante decentes pero que no aporta absolutamente nada nuevo y cuya alma hace mucho tiempo fue vendida no precisamente al diablo. " - Autor (a): mikinervio de España  menos«