El viaje, un espejo que refleja virtudes y defectos.- Dice la sinopsis: "Tres mexicanos que se sienten como muertos en el D.F" podría ser el discurso casi tangible para mucha gente hoy en día, habitantes de grandes ciudades presos del agobio por la rutina, incomprensión y falta de libertad ante los problem ... más» El viaje, un espejo que refleja virtudes y defectos.- Dice la sinopsis: "Tres mexicanos que se sienten como muertos en el D.F" podría ser el discurso casi tangible para mucha gente hoy en día, habitantes de grandes ciudades presos del agobio por la rutina, incomprensión y falta de libertad ante los problemas del diario. Andrés, Ecuador y Pato en un preámbulo abreviado presentan el cansancio por compartir con los indispuestos, sufren pérdidas y entonces comienzan una travesía sin programar una ruta o destino definido. Con varias escalas a lo largo de México y sobre todo de la llamada Unión Americana, el trío recorre esa larga distancia, viendo el panorama que hace cuestiones acerca de la situación geopolítica de la región norte de nuestro continente y el imperio que predomina en nuestros días, su intervención en la vida diaria de quienes nos vemos influenciados y como la dificultad de escapar a dicho dominio. Además la tercia de personajes va reconociendo sus virtudes y defectos y aprenden a aceptarse tal cual, a convivir con la contraparte que difiere de la concepción propia. Con Ecuador vienen ideas de izquierda, que aun cuando no discute del todo su inclinación ella va tomando un poco de Andrés, quien ve lo positivo acerca del ciudadano estadounidense actual. Por otra parte Pato es incrédulo y ninguna de ambas posiciones lo convencen; ahí es donde el escritor debe mediar para que todos encuentren armonía y el viaje refleje las posturas sin tener esa tensión que por momentos podrían ser latentes. Un viaje en el que se encuentran de todo, el poder fulminante de los hongos; la desgracia humana ante fenómenos naturales como los ocasionados por Katrina; o bien la intolerancia hacia el gay o los latinos; un recorrido complejo por el país del norte, en el que lo rural o citadino son de gran similitud con México, ese país que añoramos cuando te puedes encontrar lejos de él. Estar muerto en vida es no tener sueños, ni ideales, ni proyecto; es increíble que la rutina pueda robarles nuestra atención. Hay mexicanos que nos sentimos como muertos en el D. F. y tal vez ese viaje pueda mostrar el espejo con reflejos de fealdad o virtud para continuar con un camino de convicción, sin prejuicios y sí con la libertad para vivir plenamente. Direcciones plagadas de confusión, las cuales concluirán en el mismo destino. (POR: Coleccionista Visual, Filmaffinity)   menos«