Por Víctor Galicia Montiel*

Los medios de comunicación cumplen un papel vital en la sociedad, pues a través de lo que se ve, se escucha o se lee en ellos se crean puentes de cercanía o lejanía entre los ciudadanos y la política. La arena mediática puede y debe contribuir a hacer del ciudadano un personaje activo en la política del país. El desafío para los actores que intervienen en la toma de decisiones, incluyendo a los medios de comunicación, es crear y afianzar una cultura política que respalde y consolide la democracia y el estado de derecho, en la amplia acepción de la palabra.

El Estado mexicano ha abandonado su función de dirigir a la comunidad nacional, para convertirse en un simple administrador de los intereses de las empresas monopólicas de la comunicación mexicana. Coincido plenamente con el Dr. Javier Esteinou, cuando dijo que "Los medios se han convertido en el centro del poder contemporáneo de nuestra Nación".

La concepción tradicional de la función "mediadora" de los medios, adquiere aquí una nueva dimensión. Los medios se convierten en instancia clave en el proceso de comunicación política, es decir, en el lugar donde toma cuerpo la opinión pública, como apunta Castells: La política de los medios no es toda la política, pero toda la política debe pasar por los medios, para influir en la toma de decisiones.

De este modo, los medios de comunicación operan como mediadores entre la sociedad y el poder, en un lugar que antes correspondía a los partidos políticos. El resultado es que la política se ha desplazado a la arena de los mass media como forma legítima de comunicación, generando así una "democracia mediática".

Bajo esta premisa el funcionalismo abrió el camino de la antropología para el estudio de la comunicación de masas. La corriente funcionalista se estudia como el paradigma de las ciencias de la comunicación porque es la perspectiva que mejor se identifica con la dinámica y los intereses del sistema audiovisual. De acuerdo con ésta teoría, el sistema social tiene determinadas necesidades y las diferentes instituciones están allí para satisfacerlas.

El sociólogo norteamericano Lasswell determino que las funciones que debían cumplir los medios de comunicación para contribuir a la estabilidad del sistema social y a la consecución de sus objetivos eran: la vigilancia del entorno, la correlación de los componentes de la sociedad y la transmisión del legado social.

Los medios de comunicación deben asumir el nuevo papel que les toca en la etapa de transición y la reforma del estado. Que la arena del debate se convierta en una verdadera esfera pública depende de que la prensa, la radio y la televisión asuman ya sus nuevas responsabilidades ante una sociedad que adquiere día a día mayor madurez política.

Sin medios profesionales dedicados a satisfacer las necesidades de información de la ciudadanía, la democracia acaba siendo una imposibilidad. Es urgente un debate sobre la manera en la que se está haciendo el periodismo en nuestro país y sobre el papel que los medios jugaron en la etapa de la transición y están ya jugando en el periodo de construcción de la gobernabilidad democrática. Los medios son actores fundamentales de esa construcción, por lo que es importante que asuman de manera consciente la etapa que vive el país y las tareas que, para el periodismo, se derivan de ella.

La comentocracia o la opiniología, con honrosas excepciones, dominan el espacio de los artículos de opinión. No hay hechos y tampoco análisis. Sólo opiniones sin fundamento, y muchos juicios de valor. Los adjetivos o incluso los insultos llenan el espacio que debería darse a los argumentos y a las razones. A partir de este momento se deja de hacer periodismo, para hacer propaganda.

Los ciudadanos requieren información, análisis y opiniones, en ese orden, para poder decidir por sí mismos y, sobre todo, para poder discernir su propio interés en un ambiente crecientemente complejo. Por eso muchas constituciones en el mundo saben que "solamente un ciudadano bien informado puede ser un ciudadano democrático". Ya lo decía Efraín González Luna que, "la conciencia clara es un elemento fundamental para el juicio correcto”. Y la opinión pública hace las veces de conciencia de la comunidad, y es tan importante para las naciones, como la conciencia para las personas. Por ello requiere de estar siempre informada a la luz de verdades luminosas. Sin opinión pública debidamente informada, la sociedad está a la deriva.

De aquí, que el desafío elemental de los medios de comunicación en la transición y la reforma del estado, no sea reproducir el viejo modelo de comunicación comercial privado, guiado por la lógica de la Mano Invisible del Mercado que se expandió como el sistema central de la sociedad mexicana del siglo XX; sino que ahora se requiere crear otro modelo de comunicación colectivo, con las comunidades del nuevo milenio. Es decir, en el nuevo siglo es de vital importancia crear un modelo de comunicación desde las necesidades del México Profundo y no desde el México Imaginario.

* Poblano Distinguido y Premio Municipal de la Juventud en Aportación a la Cultura Política y la Democracia 2013, 2do Lugar Estatal del Certamen de Oratoria de Debate Público del Universal "Los jóvenes tenemos mucho que decir" y Director General de Tetraedro Radio.