En días recientes Javier Hernández señaló de manera puntual que no entendía la crítica constante y mordaz que se le hacía desde los medios deportivos mexicanos con constantes comparaciones, descréditos, entre muchas otras cosas.

Obviamente los medios de la capital del país se indignaron: ¿Cómo alguien puede osar en cuestionar su trabajo? ¿su ética?, La realidad es que parece algo instintivo en nosotros, ese afán de criticar, atajar, menospreciar lo que otro conacional logra, esa envidia del éxito ajeno que provocar el hervir de la sangre del resto.

La razón, no la entiendo. Pero si tengo la seguridad de que este miércoles hay claros ejemplos: Esta noche de miércoles saldrán a lanzar dos valores nacionales en el mejor beisbol de mundo: Marco Estrada y Julio Urías. 

En un país contaminado por el futbol, estos dos nombres no parecen tener eco en la sociedad mexicana, además de que los encargados de promocionar y dar a conocer a estos deportistas (periodistas de la fuente) los menosprecian, les quitan valor o simplemente los ignoran por no ser futbolistas.

Conste que lo escribo antes de que pase: Si esta tarde Héctor Moreno anota un gol en la Champions, Chivas pasa a Semifinales de la Copa MX o algo por el estilo serán la portada de todos los periódicos nacionales. Incluso si el resultado es adverso será de la misma forma. Dejando de lado que estos dos elementos juegan en el mejor beisbol de mundo, en etapas finales, donde están los mejores equipos y ahí, tanto Estrada como Urias tendrán un papel protagónico.

Este miércoles es una fecha histórica para el deporte mexicano, dos lanzadores nacionales abrirán los partidos de la Serie de Campeonato, uno con Toronto (Estrada) en la lucha por sobrevivir y el otro con los Dodgers (Urias) lo que convertirá a este muchacho en el lanzador más joven en la historia en abrir un juego de este nivel con apenas 20 años cumplidos. Seguramente pasarán desapercibidos por ignoracia, envidia y por menospreciar estos méritos

Otro ejemplo lamentable es el de Paola Pliego, la esgrimista mexicana, se quedó sin asistir a Juegos Olímpicos de Río por un supuesto dopaje que la misma Conade dio a conocer. El martes pasado, en el programa de Puebla Deportes, tuvimos la oportunidad de escuchar a Paola y todo lo que ha pasado con ella en ese tiempo.

Lo doloroso que fue perderse una justa olímpica, que quien ha hecho lo posible por ayudarla es la Federación Internacional de Esgrima, y que además meses después se ha demostrado que ese doping no era positivo, todo eso sin que la Federación Mexicana de esgrima moviera un dedo, y que además la "sugiriera" a la atleta no decir nada, ni hacer nada para dejar pasar la situación.

Hoy, meses después, y sin que Paola Pliego pueda decirlo, la razón es que su propia federación le metió el píe, la razón: Es una chica exitosa, que ha hecho su propio camino y que no es de las consentidas por su federación. 

Imagínense el escenario, donde tus propios dirigentes hagan todo lo posible por no verte triunfar, porque no puedas conseguir tus metas, donde además ellos se verían beneficiados aunque nunca hayan movido un dedo para apoyarte. Pues así son las cosas, son los propios dirigente mexicanos voicoteando a sus atletas. 

Y la situación de Paola es uno de tantos ejemplos.... así es, el peor enemigo de un mexicano es otro mexicano, la envidia, el ver el éxito ajeno nos transtorna, es lamentable, pero así es.