GRILLA, GRILLOS Y GRILLADOS

La Jornada Nacional de Sana Distancia está por finalizar y quizá el número de contagios por Covid-19 aumentará en varias regiones del país, lo que obligará a los gobiernos locales a tener una mayor responsabilidad en el ámbito sanitario y de comunicación.

En este espacio se analizará lo segundo, que si bien está vinculado con la salud, es necesario enlistar los desafíos que enfrentarán los tres órdenes de gobierno para difundir información, ahora que el virus se transmite a un ritmo diferente a lo largo y ancho del territorio nacional.

Trazando la directriz

La estrategia de comunicación del Ejecutivo federal es la más amplia, debido a que desde febrero ha divulgado cada uno de los decretos que establecieron la suspensión de clases, el cierre –temporal- de sectores económicos “no esenciales”, etcétera.

Durante dicha jornada se publicaron lineamientos básicos sugeridos por la Secretaría de Salud (federal), siendo los estados los encargados de implementarlos y supervisarlos conforme a sus atribuciones; sin embargo, desde el 13 de marzo, algunas instituciones de educación (privadas) y ayuntamientos adoptaron medidas preventivas.

Primeras diferencias

Conforme las semanas transcurrieron, el choque de posturas se hizo más evidente, entre el vocero Hugo López- Gatell y distintos mandatarios, generando así, una confusión entre la ciudadanía.

El 1 de junio es la fecha marcada para el regreso a clases, pero muchas entidades descartaron la reanudación de manera presencial, por lo que el ciclo escolar lo terminarán en la modalidad virtual. Asimismo, se autorizó revitalizar a la industria automotriz, pero hay lugares como Puebla donde se aplazó la idea porque atraviesa por el punto más alto de la curva de infecciones.

Trabajar en los mensajes

A partir del próximo mes, los mensajes gubernamentales se complementarán y otros, por desgracia, serán contradictorios, lo que podría derivar en un rebrote y por ende, en una creciente demanda de médicos, enfermeras, camas, ventiladores y hospitales.

¿Qué pasará si un gobierno municipal exige a los ciudadanos usar cubrebocas y en la demarcación vecina no? ¿Qué pasará si una autoridad estatal restringe el libre tránsito en una ciudad que a su vez limita con comunidades de otro estado? ¿Cómo comunicar distintas acciones en dos zonas cercanas?

¿Nado sincronizado?

Si bien López- Gatell ha reiterado que bajo el principio de Concurrencia y la revisión del Semáforo Covid-19, dos órdenes de gobierno deberán coordinarse, pero no queda claro cómo operará en la realidad, es decir, si los dos tomarán el mismo criterio para fijar un acuerdo.

La uniformidad en el mensaje será un reto para los gobiernos y se complicará aún más si estos emanan de un partido diferente, ya que las rencillas son frecuentes y en varios casos, la disputa por el control político podrían distraerlos de lo importante.

¿Qué les toca hacer?

A pesar del fin de la Jornada Nacional de Sana Distancia, la administración encabezada por Andrés Manuel López Obrador tendrá diversas tareas en el área de comunicación social, como proporcionar el registro de contagios (acumulados y activos), muertes, camas y nosocomios disponibles, así como los avances del plan de reactivación económica, las cifras de empleo y desempleo, entre otras.

Por su parte, los estados, tendrán que informar la puesta en marcha de apoyos (monetarios o en especie) a grupos vulnerables, operativos de restricción de movilidad, regulación de su transporte público, total de enfermos y muertes por coronavirus, situación de su red hospitalaria, cierre de espacios públicos y más.

En el tercer peldaño y no menos importante, están los municipios, los cuales afrontarán más adversidades por la falta de presupuesto y facultades en materia de salud. Dar a conocer la vigilancia y restricción en sitios concurridos (auditorios, panteones, centros comerciales, etc.), la instalación de filtros sanitarios, operativos de movilidad y demás labores de prevención a través de su dirección de Protección Civil, será fundamental para combatir la pandemia.

Ojalá que las desavenencias políticas queden a un lado y que los gobiernos comuniquen bien, de lo contrario, el Covid-19 seguirá ganando la batalla sanitaria más difícil en la historia contemporánea de México.  

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