El camino está allanado, para el próximo gobierno simple y sencillamente no hay obstáculos a la vista y quizá, no tendrá un contrapeso por los siguientes tres años, pues en la pasada elección, Morena y sus aliados ganaron el Poder Legislativo y obtuvieron la mayoría simple en las cámaras de senadores y diputados.

De lo anterior, no sólo se deduce que los grupos parlamentarios del partido fundado por Andrés Manuel López Obrador recibirán una cantidad importante de dinero (prerrogativas), sino también, gozarán  de un dominio –casi- absoluto que les permitirá aprobar leyes que respalden los proyectos de la nueva administración.

Equilibrios de poder

Para ser oposición, se necesita que un partido (con diferente ideología y principios al oficial) esté representado en el parlamento por al menos un(a) integrante, quien a su vez deberá opinar, dialogar, argumentar, criticar, presentar iniciativas y en su caso, aprobarlas.

Gran parte de estas características no existen en las fuerzas contrarias al Movimiento de Regeneración Nacional en el Congreso de la Unión, es decir, tanto el PRI, PAN como el PRD han perdido su esencia, influencia y liderazgo en el ámbito legislativo y los han sustituido por divisiones y pugnas internas.

Enredos políticos

La oposición en México atraviesa por su peor crisis en lo que va del siglo, por un lado, Acción Nacional se encuentra ante una encrucijada derivada del fracaso en la última contienda; asimismo, la renuncia de varias de sus figuras lo han debilitado.

El blanquiazul no cuenta con líderes “de peso”, está fragmentado y su corriente más numerosa (la anayista) no ha podido incrementar ni fortalecer una base de militantes que le permita ser competitivo en los planos municipal, estatal o nacional.

¿La desaparición?

Por su parte, el PRI quedó devastado por dos factores: el tsunami lopezobradorista y el mal desempeño de Enrique Peña Nieto como presidente de la República.

El tricolor fue una suma de errores internos, por ejemplo, el no tener a un personaje formado en sus filas para abanderarlo (en 2018) dio como resultado la designación de José Antonio Meade Kuribreña, un funcionario responsable pero “gris” al momento de conectar con la gente.

Además, lo externo fue un desastre, durante la campaña, los priistas nunca enviaron una señal de unidad, en otras palabras, se mantuvieron distantes del exsecretario de Hacienda. El resultado ya se conoce: Derrota y la conformación de una bancada modesta que nada podrá hacer.

Los cadáveres

Del PRD ya se dijo mucho, sólo basta añadir que es una agrupación que opera con números rojos y que de no impulsar cambios de fondo, está condenada a desaparecer en 2021.

El derrumbe de los contrincantes beneficia directamente a AMLO y su gobierno; desde el periodo de José López Portillo ningún mandatario mexicano había tenido tanto poder y tan poca resistencia. El PRI, PAN y PRD están disminuidos y parece que su agonía se prolongara por un buen rato.

López Obrador es amo y señor de la agenda mediática, aparece todo el tiempo en notas informativas, entrevistas en radio, televisión, prensa escrita y redes sociales, mientras tanto, los demás partidos son reactivos y se limitan a criticarlo sin poner temas relevantes sobre la mesa y dejando el camino libre paraa la izquierda.  

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