Dos son los casos más recientes en América de presidentes que viven en medio de la polémica y las críticas debido a su desempeño o por las acciones y planes que intentan poner en marcha en su respectivo país, lo que genera un clima de inestabilidad política.

Nicolás Maduro en Venezuela y Donald Trump en Estados Unidos, son los ejemplos más actuales de cómo se puede gobernar un país sin –necesariamente- tener la aprobación ni popularidad entre la mayoría de sus representados.

En el tema venezolano, es más por herencia y el estadounidense es resultado de la victoria sobre la oposición; pero en ambos, es evidente el desaprovechamiento que hicieron los mandatarios del apoyo ciudadano manifestado en la urnas, ese que los llevó a ocupar el puesto político más importante en dichas naciones.

Caos sudamericano

Sabemos los motivos de la crisis en el país sudamericano; sin embargo, es necesario analizar los efectos derivados de la ineficiencia de la administración madurista, la cual no sólo es una continuación del régimen encabezado por el ya fallecido Hugo Chávez, sino con un deficiente manejo de la economía y el desperdicio de las riquezas naturales de la también llamada República Bolivariana, especialmente del petróleo.   

Algunos acusan a Maduro de ser un dictador, otros, lo ven como el sucesor de una revolución socialista que busca justicia para millones de venezolanos, lo cierto es que allí la inflación ha alcanzado el 176 por ciento (%), y se espera que para finales de este año llegue a 720%, según el Fondo Monetario Internacional.

Las marchas, la escases de alimentos, apagones eléctricos e inseguridad pública en esta parte del mundo son cada vez son más frecuentes, pero aún controla a las fuerzas armadas y a los órganos legislativo y judicial, quienes le dan legitimidad, mas no el respaldo que todo gobernante necesita para salir avante. Pronóstico: Nicolás Maduro cederá más temprano que tarde a la presión internacional.

El campeón de la polémica

No hay personaje más controversial sobre la faz de la tierra que el presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump. Estudiar la gestión del republicano abarcaría una gran cantidad de líneas de texto; no obstante, dos aspectos lo persiguen desde el inicio: sus nexos con Rusia y el presunto hackeo por parte de Moscú en la elección de noviembre pasado.

Con apenas seis meses en el cargo, el magnate originario de Nueva York ha enfrentado estos y otros escándalos que indudablemente afectan su imagen y su nivel de aceptación, si se toma en cuenta que podría buscar la reelección en el año 2020.

De acuerdo con la última encuesta elaborada por el diario The Washington Post y el canal de televisión ABC, tan sólo el 36% de sus compatriotas aprueba su trabajo, siendo el mandatario con menor índice de popularidad en los últimos setenta años.

Similar a Maduro, Donald Trump tiene el control de la Cámara de Representantes y de Senadores, asimismo, posee el dominio de los aparatos de justicia, seguridad, lo que le da un margen de maniobra y a la vez, lo convierte en un hombre poco admitido por el grueso de la población, pero con el soporte de los grandes capitales (banqueros, empresarios, etcétera).

Pronóstico: Donald Trump terminará su periodo en medio de más problemas, quizá su calificación llegará a niveles mínimos históricos (20%), pero con un voto duro suficiente para consolidar su plan de permanecer en la Casa Blanca.

Resumen final

En la actualidad, el ejercicio del poder se ha convertido en una tarea muy compleja, pues cada día hay una ciudadanía más crítica, exigente e informada. El político que aspire a dirigir los destinos de una ciudad, un estado o un país debe saber que para dar resultados positivos no basta con rodearse de personas calificadas ni elaborar el mejor de los proyectos, sino obtener la colaboración y  respaldo de sus gobernados.

Continuará…

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