Cuando la política se convierte en un tema de interés única y exclusivamente para quienes ostentan el poder, algo anda mal, porque dicha actividad no sólo implica gobernar, sino crear beneficios colectivos que, al mezclarse con la democracia, debe integrar a la mayor cantidad de gente para la toma de decisiones.

La política bien ejercida o llevada puede brindar excelentes resultados para una comunidad; no obstante, ésta se ha convertido –por desgracia- en sinónimo de confrontación y cerrazón, lo que al final puede repercutir en el mal desempeño, por ejemplo, de una administración local, estatal y federal o un órgano legislativo.

Guerra de guerras

Y es precisamente una lucha “encarnizada” la que en estos días sostienen varios partidos políticos en el Estado de México, entidad que elegirá el próximo 4 de junio al sucesor o sucesora del –todavía- gobernador, Eruviel Ávila Villegas.   

Alfredo del Mazo (PRI), Josefina Vázquez Mota (PAN), Delfina Gómez (Morena) y Juan Zepeda (PRD) son los protagonistas de una reñida contienda, debido a que el llamado Edomex tiene el padrón electoral más grande del país (11.3 millones de personas inscritas).

Con tan amplio número, los partidos y sus abanderados han arrancado su respectiva cruzada, teniendo como elemento central los ataques y denuncias hacia sus oponentes, dejando de lado la difusión de ofertas viables o planes de gobierno.

Más de lo mismo

El proceso electoral del Estado de México transcurre, por desgracia,  dentro de los parámetros de una competencia de este tipo en nuestro país: En medio de un mar de irregularidades, rebase de topes de campaña, saturación de mensajes propagandísticos, discursos “huecos”, propuestas con tintes populistas, compra y coacción del voto, entre otras.

Lo anterior tampoco puede desasociarse de la carrera rumbo 2018, pues el Edomex representa una fuente de sufragios y por ende, de recursos económicos para la persona que aspire a dirigir los destinos de México. Hoy, políticos de diferente signo hacen acto de presencia en esta demarcación, lo mismo Enrique Peña Nieto, que el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador.

Don dinero

También, el primer domingo de junio habrá comicios en Coahuila, Nayarit y Veracruz (en este último sólo se elegirán alcaldías); sin embargo, el Edomex acapara –por mucho- la atención mediática porque es vista como la primera “batalla” entre los punteros que disputarán la “guerra” del año siguiente.

Mientras esto sucede, las campañas en suelo mexiquense sirven como escaparate para quien desea posicionar su imagen a nivel nacional y no local, sirven para ganar como sea sin importar el daño democrático que puedan dejar y sirven para pelear por una gran bolsa de dinero que es el presupuesto (260 mil millones de pesos en 2017).

Por desgracia, a los 17 millones de habitantes del Edomex no les espera un futuro prometedor; sea quien sea el triunfador o triunfadora, se enfrentará con retos enormes que, lamentablemente, no podrán ser resueltos en un sexenio, mientras tanto, el desempleo, la movilidad, la escases de agua, la inseguridad y el miedo hacen de este sitio, un lugar menos adecuado para vivir.

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