“Contra las cuerdas”, así, con ese término boxístico podríamos resumir la situación por la que atraviesa el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, el cual ha mostrado incapacidad para enfrentar problemas tan graves como la inseguridad, devaluación del peso, corrupción, etcétera.

En los –casi- cincuenta meses que lleva la actual administración, los mexicanos hemos sido testigos de un sinfín de sucesos polémicos, unos maquinados intencionalmente y otros, producto de la omisión o tolerancia de las autoridades federales.

La “lista negra”

Cinco han sido los acontecimientos que marcan al régimen peñanietista: Ayotzinapa, la Casa Blanca de Lomas de Chapultepec, la fuga de “El Chapo” Guzmán, la visita del entonces candidato republicano (y hoy mandatario de los Estados Unidos de América) Donald Trump a la Residencia Oficial de Los Pinos y el llamado “Gasolinazo”; asuntos que han desestabilizado a las instituciones y por ende, a todo el país.

Dichos escándalos podrían ser materia de otro análisis; sin embargo, hay un tema igual de importante y que va ligado con lo anterior, y es el comportamiento y posturas que han tenido las fuerzas de oposición antes, durante y después de estos hechos, sí, esas quienes se dicen “contrarias” al Partido Revolucionario Institucional.

¿Opciones reales?

México simula ser una democracia consolidada, debido a que, en teoría, hay mayor pluralidad y número de ofertas (9) al momento de elegir autoridades o representantes populares; no obstante, el espectro político se puede clasificar en cuatro grandes bloques: El constituido por PRI-PVEM-Panal-PES, el segundo por PAN, el tercero por PRD-MC-PT y el último por Morena.

Con base en lo anterior, pensaríamos que hay cinco partidos que son críticos permanentes del gobierno; empero, salvo el caso de Morena, los demás dejaron de informar, denunciar, acusar o exigir la falta de resultados del presidente de la República y de su equipo de trabajo.

Silencio cómplice

En las discusiones relacionadas con la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, ocurrida en la ciudad de Iguala, Guerrero, Acción Nacional simplemente guardó silencio, su posicionamiento no fue más allá de pedir justicia o el esclarecimiento de ese delito, cuando la sociedad reclamaba más apoyo y acercamiento de la clase política hacia los familiares de las víctimas.

“Apóyame y te apoyaré”

Por su parte, el sol azteca (PRD) también es sumiso ante el poder, a finales de 2016, cuarenta y dos integrantes de su fracción parlamentaria en la Cámara de Diputados y 9 en la de Senadores votaron a favor del incremento al precio de las gasolinas, lo que posteriormente originaría marchas, desmanes, protestas y saqueos en varias ciudades de la República.

Así, con estos ejemplos se demuestra lo lejos que ha quedado la oposición de las expectativas ciudadanas. Partidos que no escuchan, pero que tampoco saben capitalizar los errores del gobierno en turno, quizá por estrategia, por falta de experiencia de sus dirigentes o lo peor, por complicidad o pactos que los beneficiaran política y económicamente.

La oportunidad…

El año en curso será un año de elecciones, asimismo, serán doce meses en los que Enrique Peña Nieto seguirá –al parecer- en esta espiral de desaciertos y malas decisiones al frente de su administración.

Hay tiempo de recomponer el camino, tanto PAN como PRD tienen la oportunidad de quitarse la etiqueta de “oposición timorata” y así, incrementar su capital político, capital que por cierto, lo está cosechando el Movimiento de Regeneración Nacional a través de su líder, Andrés Manuel López Obrador, con un plan basado en “decir lo que la gente quiere escuchar”.          

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