El próximo 27 de Mayo Mexicanos Primero presentará un estudio sobre la primera infancia que ha denominado “Los Invisibles”.

El estado Mexicano olvidó incluir en sus políticas educativas la llamada primera infancia. La cruzada nacional por la educación se concentró en la cobertura del nivel básico, que hasta hace algunos años solo solamente incluía a la primaria y gradualmente incorporó a la secundaría y ahora la novedad del bachilletaro. Pero, ¿y la educación preescolar?, bueno, ese era un tema de abuelitas y madres tratando de llenar los espacios matutinos. Durante décadas los ciudadanos de entre 0 y 6 años fueron educados por Cachirulo, El Tío Gamboín y más recientemente Dora la Exploradora y Jorge el Curioso. Si alguien tenía un dinerito extra podía aventurarse a meter a su infante en alguno de los preescolares que siempre ostentan nombres de Disney o en el peor de los casos de alguno que otro prócer desconocido. Los modelos de enseñanza iban desde los más tradicionales hasta los aventurados como el Montessori. Pero la verdad es que elegir un “kínder” para el pequeño rey de la casa era un asunto meramente práctico que ayudaba a resolver una pregunta maternal ¿Qué hago con el toda la mañana?.

Los que se dedican a la enseñanza saben que uno de los principios para tener un aprendizaje significativo es la llamada actividad lúdica. La combinación de saber con hacer es única e irrepetible. Andamos en bicicleta gracias a que nos “soltaron” en alguna calle y pudimos experimentar el miedo, la alegría y emoción de sentir el aire contra nuestro rostro, pero difícilmente recordamos las sesudas instrucciones proveídas por un adulto. Eso es un aprendizaje significativo.

Entre los 0 y 6 años nuestros cerebros viven la etapa más lúdica por la que nunca pasarán. Es la etapa en la que somos como “esponjitas”, la sabiduría popular no se equivoca en esto. Es precisamente en esta etapa cuando los niños adquieren muchos de los elementos bases que los acompañarán el resto de sus vidas. Si a usted le cuesta trabajo permanecer sentado por mucho tiempo solo retroceda su mente en el tiempo y trate de recordar si en esa etapa alguien le enseñó de manera lúdica a prestar atención. En ese lugar de sus recuerdos encontrará una respuesta.

Hoy Mexicanos Primero ha hecho público el monto que requiere México para rescatar a los pequeños y ponerlos nuevamente en el camino del éxito y la felicidad. 35 mil millones de pesos se necesitan para que todos los niños de entre 3 y 6 a años puedan asistir a un preescolar digno con los elementos suficientes y el modelo educativo apropiado..

No podemos quedarnos atrás. En otros países los pequeñines de esa edad están aprendiendo no solamente a acomodar cuadrados y meterlos por las honduras de una juego, No. Están aprendiendo un segundo idioma y conociendo las reglas básicas del aprendizaje. Están perdiendo el temor ancestral a las matemáticas y disfrutando sin saberlo, la magia que sus pequeños cerebros pueden hacer con tanta información pero sin los muros que levantamos ya siendo adultos.

El cerebro de los niños entres lo 2 y 6 años crecerá en promedio 400 veces más de lo que lo hará el resto de nuestras vidas. En mi caso y en el suyo querido lector, nuestros cerebros van más bien en retroceso. No lo olvide.

Exijamos a nuestros gobiernos que no olviden en sus políticas públicas una etapa que es tan importante y trascendental. Recordémosles como bien lo dijo hace algunos días un querido amigo, que origen es destino.

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