Hola amigas y amigos de Todo Puebla, antes de empezar la publicación de este día, quiero decirles que pasen un feliz día del niño, que feliciten a sus hijos, hermanitos y hermanitas, primitos, y a ese pequeñín que vive dentro de todos nosotros, el cual ocasiona una sonrisa en nuestros rostros cada vez que  hacemos una travesura o tenemos un recuerdo de este día, como el que quiero compartir con ustedes y que espero sea de su agrado.

Era el año 1997, en aquel entonces vivía en Estado de México, lugar donde viví la mayor parte de mi infancia y de la cual tengo bonitos recuerdos que hasta la fecha siempre relato a las personas que se interesan en cómo es Estado de México. Regresaba de un día de primaria especial, habían hecho un convivio y kermesse donde pudimos ir con ropa de calle, y jugar a las correteadas, a la enfermería, comprar diferente tipo de comida, y disfrutar todo sin miedo a ser castigado o regañado.  En esa ocasión mi hermano mayor paso por mí a la escuela y jugamos en el camino a casa, más tarde comimos y durante todo el día me pregunte donde estaba mi papa, él estaba trabajando, pero normalmente llegaba a casa para comer.

Se dio la noche y llego la hora de jugar. En aquel entonces tenía el Nintendo 64 con grandes juegos como Super Mario 64 y Blast corps, cuando de repente sonó el teléfono y mi hermano contesto... Era mi papa que aparentemente le estaba preguntando a mi hermano algo, mi hermano contestando “si ese esta de lujo pa, si te quieren vender otro ábrelos, ese color esta genial, es lo último de lo último”. Yo no sabía bien de que hablaban, solamente colgó mi hermano y me dijo “Mike hoy está prohibido quedarse dormido, vamos a esperar a tu papa”

Yo naturalmente seguí las ordenes de mi hermano y me quede despierto jugando, cuando al poco rato llego mi papa, le di un beso y un abrazo para recibirlo (como hasta la fecha lo hago), y me dijo, “mira lo que te traje”. Llevaba en sus manos una bolsa que traía nada más y nada menos que Mario kart 64, y un control de Nintendo 64 color azul marino, junto con la revista Club Nintendo más reciente. Mi papa se fue bien arreglado porque tenía una cena-baile de negocios y yo me quede con  mi hermano jugando ya hasta muy noche, tan noche que no escuchamos a qué hora llego mi papa. Las gráficas eran impactantes, la diversión era inigualable a otro juego que haya jugado en mi vida. Fue el primer juego de carreras que tuve y que jugué en una consola y la verdad me hizo querer acabarlo inmediatamente con mi hermano por lo excitante que el concepto era, lo cual fue un poco difícil al momento gracias a ese desgraciado caparazón morado con púas, creación de satanás de los videojuegos. Aun hasta la fecha uso a Yoshi, el dinosaurio verde y mejor amigo de Mario en Super Mario World.

Aun cuando años después de que vendí mi Nintendo 64 por un Sega Dreamcast (el cual me dio también muchas horas de diversión solo y con amigos), esa experiencia de la niñez es de las que más recuerdo porque fue un día perfecto, lleno de diversión sin preocupaciones, en familia, sin preocuparse por la economía, o él porque será mañana, o el que será hoy. E invito a que todos vivamos al cien por ciento, tratando de ser felices y haciendo lo que nos gusta sin importar las críticas de los demás por lo “inmaduros” que podamos ser. Sí, tenemos obligaciones y labores que cumplir, pero eso ni impide que le demos cariño y diversión al niño interno que todos tenemos. Cuéntenos abajo alguna anécdota que tengan de algún día del niño y con gusto la vamos a leer. ¡Nuevamente de parte de un servidor y Todo Puebla pasen un gran y feliz día del niño!