(De la serie ConcienciaDespierta)

¿Cómo te vuelves experto en algo? cometiendo errores. Así es, la única manera de realmente aprender es a través de pruebas y errores. Puede ser difícil aceptar este hecho pues desde que hicimos el primer examen en la primaria, al responder, sólo habían dos opciones: acierto o error. Desde muy chicos nos enseñaron a no cometer errores, solo así obtenías buenas calificaciones y tenías a todo el mundo contento.

El equivocarnos no es algo que esté en nuestros planes. Cuando haces un proyecto, abres una nueva empresa, decoras tu casa o educas a tus hijos, que mejor si podemos deshacernos de la palabra error. Pero si cambiamos nuestro enfoque y nos damos cuenta que la única manera de volvernos expertos en algo es equivocándonos y aprendiendo de ello, entonces podremos disfrutar más el proceso de prueba y error por el que –normalmente- pasaremos antes de llegar al resultado esperado.

El hecho de aceptar que casi cualquier emprendimiento es un camino lleno de pruebas y errores, no quiere decir que no nos esforcemos por enfrentarnos a los menos obstáculos posibles para llegar a una meta. El experto cada vez comete menos errores porque en base a su experiencia sabe predecir los riesgos y conoce fórmulas para mitigarlos. El inexperto puede estudiar, informarse y prepararse bien para conocer los riesgos implicados en su nueva idea, y aunque su conocimiento no sea empírico, seguramente la teoría y el compartir información con otros le ayudarán, sin embargo debe estar consciente que eso no es suficiente para obtener grandes resultados y volverse experto en lo que está emprendiendo.

Desde hace tiempo estoy consciente de este hecho, y en base a lo que he observado, les puedo dar algunos ejemplos en donde el error o el “fracaso” es muy valioso:

• Si tuviera que contratar a un empleado, prefiero contratar al que en su entrevista me platique (y de preferencia de manera espontanea, sin que yo le pregunte) sobre uno o dos errores que cometió en sus empleos pasados, haciéndome saber que de ellos aprendió valiosas lecciones.

• Si fuera un inversionista y buscara a un emprendedor, prefiero darle mi dinero a alguien que me hable de varios negocios y/o ideas que empezó y que no pegaron o no cuajaron, demostrándome al mismo tiempo que es consciente del aprendizaje que obtuvo de esas experiencias.

• Si tuviera que contratar a alguien para decorar mi casa, prefiero a quien me hable de estilos, colores, y diseños que alguna vez aplicó y que se dio cuenta que no quedan bien en ciertos ambientes, mejorando con eso su feeling sobre lo que sí se puede hacer.

Obviamente en cualquiera de estos ejemplos también es importante conocer los éxitos y aciertos que han tenido, pero lo que no quiero es que sólo me platiquen de sus extraordinarias y “perfectas” trayectorias. A parte de que eso denotaría una falta de humildad, para mi sería riesgoso trabajar con alguien que no nota sus errores y que por lo tanto no aprende de ellos.

Los expertos son profundamente intuitivos, los errores que han cometido hacen que su sentir los dirija; son personas que están en contacto con sus sentimientos y les hacen caso. No hay de otra, el que a más se ha expuesto, más errores ha cometido, y por lo tanto más cosas logra. El que menos se expone, claro está que cometerá menos errores, pero igual logrará menos cosas.

Profesionales de la educación: enseñen a sus alumnos a esforzarse lo más que puedan y a analizar los errores que cometen, en vez de enseñarles a no equivocarse. Empresarios: valoren los errores cometidos por sus empleados (y por ustedes mismos) y encuentren mecanismos para capitalizar lo aprendido a raíz de éstos. Padres: permitan que sus hijos se equivoquen y aprendan a través de sus propias experiencias.

Si cometemos pequeños -y hasta medianos- errores y en realidad aprendemos de ellos, tal vez evitemos aquellos “grandes” errores que tienen un alto costo. Forjemos una cultura del fracaso, aprendamos a tener fallas exitosas, de esas fallas que nos hacen más sabios. Redefinamos la palabra ‘perfección’. Perfecto es aquel que tiene todo el potencial para alcanzar sus metas y sus más grandes sueños, y que por desarrollar ese potencial los alcanza, pero no sin antes pasar por pruebas y errores.

Nota: como podran ver las fotos son ejemplos cotidianos y sencillos, pero ilustran este gran concepto!