"Ser fuerte es tu única opción y no se aceptan devoluciones”

por @MelissaDeCima

Una historia que cumple con todas las características que, para mi gusto, logran una buena peli.

¿Lo que más me gustó?

El guión. Es muy difícil que un buen guión dé como resultado una mala peli, tendría que existir una pésima dirección y unos actores pésimos y el material se tendría que velar o algo. Esta película tiene los géneros que más me gustan: Comedia y tragedia, que de hecho tienen la misma estructura. Derbez, esta vez, te lleva por una montaña rusa de emociones, te cuenta lo más triste del mundo y luego hace un corte, un respiro donde sueltas una carcajada con los ojos cristalinos todavía.

La relación de Valentín y su hija Maggie me parece adorable, ambos por separado te caen bien enseguida, pero lo que hace esa parejita es engancharte totalmente con la idea de que ellos deben estar juntos para siempre. Además, me encanta el deseo de Valentín de mantener la ilusión de Maggie todo el tiempo mientras le crea un mundo de fantasía. Me encanta, me enternece y entiendo por qué lo hace, pero me recuerda a los papás que prefieren hablar de la cigüeña y evitar temas incómodos, mismos que tarde o temprano salen a la luz.

La evolución en el personaje de Valentín es interesante. De lanchero acapulqueño a un papá amoroso. Retrata muy bien cómo la vida te regala sorpresas, desgracias o momentos donde simplemente no tienes ni idea cómo vas a salir de esa. Me recuerda a la frase que dice: “Nunca sabes qué tan fuerte eres hasta que ser fuerte es tu única opción”. Creo que todos hemos estado en situaciones como esa y resulta muy fácil platicarlo ya que te pasó y hasta te da risa. Pero recuerdas que en ese momento, te querías morir o dejar consumir por la tierra. ¿Y por qué no te mueres o te dejas consumir por la tierra? Porque existen circunstancias que no te dejan o más bien no te atreves a dejar, casi siempre son personas a las que amas y nunca serías capaz de lastimarlas o fallarles, es cuando la única y última opción es ponerte tus pantaloncitos y decidir ser fuerte y seguir adelante.

El tema del miedo está muy bien tratado en la peli; representado por unos perros retadores, jadeantes que todos reconocemos, talvez con otra cara como la de un murciélago, como sería en mi caso pero son esos momentos en que tienes que decidir. El simple hecho de tener que decidir ya asusta. Va de la mano un poco,  con lo que Eugenio nos quiere decir desde el título: “No se aceptan devoluciones”, o sea no hay vuelta atrás o no hay perdón, o bien existen consecuencias de las que no puedes huir. Pero, ¿qué hay de los conflictos que te llegan sin nada que temer ni deber?, el típico: “¿por qué a mí dios mío?” Creo que todos lo hemos dicho, pensado o mínimo, soñado. La vida es tan sabia, que puede cambiar tu mundo como jamás imaginaste y como nunca hubieras deseado, pero en la misma medida se tratará de el mejor cambio que te pudo haber pasado, o no, pon tú que te llega el peor de los males,  por más malo que sea, siempre vas a poder sacar lo mejor de ese “gran mal”, de ti depende.

No sé si les pasó pero llega un momento en la peli que juras que ya va a acabar y empiezas a predecir el final en tu cabeza, y ¡pum! un twist que no veías venir. Yo soy la típica que empieza a sacar incisos de opciones de resolución del conflicto en mi cabeza, pero esta vez estaba tan clavada en la historia que ni incisos, ni nada… ni le hubiera atinado yo creo… (obvio no diré el final, ntp).

Esta peli creo que tiene un gran mérito porque Eugenio Derbez, aplicó la de Chaplin y se aventó a co-escribir, actuar y dirigir. Tuve la oportunidad de entrevistarlo en una función privada, por cuestiones de trabajo, y nos contó que es lo más difícil que ha hecho en su vida. Ya lo había hecho en la televisión pero confirma que en cine, es otro boleto. Nos contó cómo le hizo para actuar y dirigir a la vez y es evidente que es un proceso bastante desafiante. Resulta que contrató un actor que entrara en el personaje de “Valentín”, que se aprendiera todos sus diálogos y acciones para que no sólo hiciera standing, sino que interpretara el personaje tal y como era, mientras que Derbez se ocupaba de montar la escena, dirigir cámaras, actores, extras, perros, niños y bebés; una vez que todo se viera en cámara justo como él lo imaginó, era entonces cuando hacía en swicheo con el actor contratado y entonces él, entraba en personaje. “Qué difícil era estar en escena y estar pensando: Uta, la cámara no llegó, y este wey ya se equivocó” –nos contaba.

Felicito a Eugenio Derbez porque de por sí ya lo admiraba, no podrán negar que es uno de los mejores comediantes de México; y por lo menos en el país, les apuesto que hay gente que no conoce el nombre completo del presidente, pero domina quién esDerbez.

Éste fue su momento de demostrarnos de lo que es capaz y de ser un ejemplo de perseverancia y paciencia; y para los productores que no creyeron en su proyecto, es una cachetada con guante blanco porque está siendo re-que-te taquillera. 12 años después Eugenio Derbez logra realizar su peli. Así que cineastas desmotivados: ¡Ánimo!

¿La recomiendo? Súper sí.