El invento de la lámpara incandescente se le atribuye a Thomas Alva Edison que presentó el 21 de octubre de 1879 una lámpara práctica y viable, que duró 48 horas seguidas. Poco a poco ha ido mejorando este invento hasta ser lo que hoy conocemos como focos. 

Un foco es un objeto con el que convivimos todos los días y pocas veces ponemos atención en ellos, a menos que tengamos que ir a comprarlos, y aun así son pocas las opciones de compra. Asimismo, su diseño poco ha evolucionado en los últimos 50 años, e incluso cuando salieron los focos ahorradores, el diseño típico se conservó. Actualmente tenemos algunas variantes, aunque en el caso especifico de focos ahorradores el diseño es burdo y feo.

Plumen es el primer foco ahorrador de energía diseñado en el mundo. Ahorra hasta un 80% de energía y dura 8 veces más que los focos tradicionales. Es sumamente funcional y amigable con el medio ambiente. El diseño aplicado a dichos focos es innovador y futurista, sobretodo si pensamos que los focos pocas veces han sido rediseñados desde su creación. Así la marca logra que el comprador realice compras responsables donde pueda colaborar con el medio ambiente y tener focos que colaboren con la imagen de su casa u oficina.

Cuando busque información acerca del tema encontré un comentario que me llamó la atención, decía algo así como - tan fácil que es moldear el cristal, que ¿porque no se nos había ocurrido aplicarlo a los focos?-. Años y años en los que hemos convivido con el mismo tipo de foco en forma de gota, que después de medio siglo a alguien se le ocurrió cambiar lo establecido y por ello ganó el premio al diseño el año pasado.

Lo sobresaliente en este caso, es que es muy simple moldear otra forma en el vidrio, sin embargo, se tienen que tomar en cuenta otros factores, como los gases que contiene. Investigando concluí que la explicación más conveniente acerca de su diseño conservador se debe a estos gases. Los gases que contiene un foco tienen una manera de moverse y una función particular. Sin embargo, es difícil imaginar que habiendo avanzado tanto la tecnología no se haya podido innovar en este campo. Entonces es fácil imaginar que su atraso tecnológico puede tener una relación con los intereses de grandes empresas, algo así como lo que pasa con los automóviles. 

En el caso de los automóviles, es evidente que existe la tecnología para utilizar transportes ahorradores y cero contaminantes. Sin embargo, su venta es muy limitada y los coches resultan muy caros. Es bien sabido, que esto se debe a que los gobiernos y las grandes empresas petroleras tienen muchos itereses en conservar el mercado automotriz tal como esta. 

Ya sean estos diseños innovadores o los focos tradicionales, en ambos casos sabemos qué son y para que sirven. Esto se debe a que  desde pequeños se nos ha dicho su función dentro de nuestro mundo. Para saber que un foco es un foco y se conecta a la electricidad y funciona, es porque se nos ha enseñado y convivimos todos los días con ello. Hemos visto como se cambian, como funcionan, como se compran y como prenden y apagan. Es un básico en nuestro día a día y si nos cambian el diseño, no nos afecta en nada, sigue funcionando de la misma manera. Y ¿si fuéramos ajenos a este mundo? ¿Sabríamos que son? 

Un foco no es un foco hasta que alguien dice que es un foco. Si lo vemos desde la fenomenología un foco esta compuesto por envoltura de vidrio, filamento de tungsteno, alambres, casquillo metálico y aislamiento. Segun Wikipedia “el foco es un elemento óptico destinado a proyectar luz de una lámpara hacia una región concreta.” Eso es un foco, y ¿eso qué?. Lo vemos como un objeto en su más simple expresión, y si fuéramos nuevos en este mundo le podíamos encontrar la función que quisiéramos.

Sin un referente no conocemos los focos. Es decir, para que el foco sea un foco, necesitamos una referencia. Sin esta referencia que se nos da desde pequeños, podríamos ver estos focos diseñados e innovadores y pensar que son esferitas de navidad (si es que en nuestro mundo existen los arbolitos de navidad). 

Si no tuviéramos un referente acerca del foco y lo tocamos cuando esta caliente, podría ser un arma. En ese momento sabemos que quema, así que lo podríamos utilizar hasta para torturar. 

Las cosas las conocemos como las conocemos por un referente y un significante que llega a nosotros para ser interpretado y aprendido. Un foco sin un referente podría ser cualquier cosa, un adorno cualquiera, un florero, una esfera de navidad, o hasta un utensilio de tortura, depende del contexto. 

Incluso sin ser de otro mundo se puede ver un objeto simple como algo diferente. Un artista plástico podría hacer una escultura con focos y volverlos arte. Si lo justifica de la manera correcta, podríamos aceptar su propuesta. Sabemos que son focos, él sabe que son focos; con un referente y significante adecuado y valido para él y para todos aquellos que dicen conocer el arte, lo podrían aceptar como una obra de arte.

Así es como se da la semiosis, cuando un proceso, actividad que involucra signos, se genera en el interprete. Se inicia con la percepción del signo y finaliza en el objeto del signo.