Ganaste unos kilitos de más y decidiste empezar a comer sano y hacer ejercicio, pero a pesar de limitar tus porciones de alimentos y ejercitarte diariamente no has podido recuperar esa figura que tenías o te sientes estancado en un peso que no te gusta, es muy probable que no estés haciendo las cosas como debe ser.

A continuación verás los errores más comunes que se suelen cometer y las razones por las que uno no baja de peso a pesar estar haciendo ejercicio:

1. No comes nada antes de ejercitarte: la mayoría de las personas que se ejercitan por la mañana no comen nada antes, lo que hace que durante el ejercicio tengas hambre, estés irritable y con poca energía, incluso hasta puedes presentar dolor de cabeza. No se trata de comerte un filete con un kilo de papas, pero una manzana, un plátano ó 2 cucharadas de almendras son alimentos que se digieren con facilidad y que le dan a tu cuerpo la energía necesaria para que puedas obtener el máximo beneficio de tu rutina de ejercicio.

2. Comes demasiados carbohidratos antes del ejercicio: lo mencionamos antes, así como es malo no comer nada, también el exceso es malo, si comes demasiados carbohidratos (simples o complejos) se elevarán tus niveles de glucosa en sangre, haciendo que durante el ejercicio se utilice esa glucosa circulante y no se obtenga a partir de las reservas de grasa que tienes y que quieres eliminar.

3. Repites la misma rutina de “cardio” todos los días: el cuerpo humano tiene una capacidad de adaptación impresionante, por lo que si no cambias tus rutinas de ejercicio probablemente empezará a guardar energía para minimizar el gasto energético que deriva del ejercicio. Cuando pasas de una vida sedentaria a ser activo físicamente se suele bajar mucho de peso, y luego se “estanca” pero si no retas a tu cuerpo a aumentar la velocidad o la resistencia del ejercicio cardiovascular que realizas no podrás salir de este obstáculo.

4. No realizas ejercicio de fuerza y estiramiento: además de que la falta de estiramiento y fuerza antes de las rutinas cardiovasculares, es una de las principales causas de lesiones, también es una razón por la cual nuestros músculos pierden tono y fuerza; haciendo que pierdas tanto la velocidad como la flexibilidad de tus movimientos durante el ejercicio y en ocasiones hasta puedes presentar calambres y contracturas durante y después del ejercicio.

5. Levantas mucho peso: esto sucede mucho en los gimnasios, a los entrenadores les encanta retar a los asistentes a levantar más peso del que soportan, no importa si es en los brazos, las piernas o la espalda.  Si reduces el peso que cargas y haces más repeticiones de ese movimiento, tu músculo permanecerá tonificado pero no ganarás volumen que después puede convertirse nuevamente en un depósito de grasa.

6. Realizas ejercicios que no funcionan para tu tipo de cuerpo: desde la edad y la altura, hasta como se distribuye la grasa en tu cuerpo, son importantes para saber qué tipo de ejercicios o rutinas son los más apropiados para ti. Además tiene que resultarte cómodo realizarlos, por ejemplo no puedes correr si tienes espolones, pero si puedes ejercitarte en una bicicleta elíptica. La mayoría de los gimnasios cuentan con entrenadores especializados o puedes consultar a muchos entrenadores en línea que pueden ayudar a darte una idea de cuáles son los movimientos que más te convienen.

7. No realizas los movimientos adecuados: esto puede suceder con las pesas, el spinning, los aerobics, pilates, el yoga, e incluso caminando o corriendo; si no conoces la técnica adecuada para realizar el ejercicio, produces un desgaste muscular y aumentas el riesgo de lesiones y contracturas. Si tienes dudas sobre cómo realizar el ejercicio o en su defecto nunca lo has hecho pregúntale al entrenador, o aun especialista que te ayude a desempeñarte de la mejor forma.

8. Pierdes mucho tiempo "ejercitando" el abdomen: no por realizar 4 series de 100 abdominales vas a salir del gimnasio o de tu casa con el abdomen marcado, depende de muchos factores, entre ellos la herencia, tu tipo de cuerpo, la dieta (mientras más estricta más te acercarás a tu meta) y el tiempo. Es mejor ejercitar grupos grandes de músculos y gastar esa energía en ejercicios cardiovasculares que ayuden a quemar esa grasa que está por encima de tus músculos abdominales.

9. No le exiges a tu cuerpo lo suficiente: si te subes a la bicicleta estática o en la elíptica y te pones a leer o ver la tele sin concentrarte en el movimiento que haces, probablemente estés perdiendo tu tiempo. Necesitas concentrarte en el ejercicio que haces, y exigirte más de lo que en ese momento estás haciendo; por ejemplo si estás corriendo, una “power song” te levantará el ánimo y te hará correr más rápido para llegar a la meta que te hayas propuesto ese día.

10. No te alimentas bien después del ejercicio: después de hacer ejercicio debes reponer el líquido perdido, no abuses de las bebidas energéticas y toma más agua; después de hacer ejercicio come alimentos que te proporcionen proteína y carbohidratos para evitar el desgaste muscular, por ejemplo puedes preparar unos huevos con nopales o a la mexicana y una copa de fruta picada, no abuses de los jugos de frutas y aprovecha la fibra que tiene la fruta cuando no está procesada.

Recuerda que siempre que intentes modificar tus hábitos tanto alimenticios como de actividad física es recomendable consultar un especialista, porque así sabrás cuánto debes de comer y en qué cantidades, así como las rutinas y modalidades de ejercicio que son mejores para ti, de tal forma que puedas llevar un estilo de vida saludable y que tu cuerpo lo exprese.

Ref. The good Housekeeping