Las cooperativas nacieron del deseo de organizar una sociedad más fraternal, por medio de procedimientos de propiedad comunitaria y de trabajo colectivo.

El surgimiento de la revolución industrial ocurrida en Europa, especialmente en Gran Bretaña, en el siglo que va desde 1750 a 1850 es el referente histórico imprescindible en el que aparece en el mundo occidental industrializado, es donde aparece esta nueva idea de trabajar como cooperativa.

La revolución industrial, fue principalmente una revolución tecnológica influida por la utilización de algunos descubrimientos en la industria, entre ellos el del vapor aplicado a toda clase de maquinarias y el de la lanzadera y la hiladora mecánica que transformaron la industria textil. Los cambios e innovaciones tecnológicas trajeron a la mente social nuevas ideas acerca de cómo organizar el trabajo. Es correcto decir que la revolución tecnológica trajo consigo una revolución social. No olvidemos que en Inglaterra, muchos trabajadores de la época no siempre recibían su salario en dinero, sino en especie.

Muchas mentes fueron dando forma a las cooperativas: Peter Cornelius Plockboy publicó un ensayo en 1659 que comprendía su doctrina y John Bellers (1654-1725) hizo una exposición amplia y profunda de sus doctrinas en el documento titulado: "Proposiciones para la Creación de una Asociación de Trabajo de Todas las Industrias Útiles y de la Agricultura" en 1695. También el médico William King (1786-1865), y el comerciante Michel Derrion (1802-1850), son precursores del cooperativismo de consumo y Felipe Bauchez (1796-1865) y Louis Blanc (1811-1882), se sitúan como impulsores del cooperativismo en la producción.

En esta fase de incubación del cooperativismo hay que señalar especialmente a dos destacados ideólogos: Robert Owen (1771-1858) y Charles Fourier (1772-1837). Owen el autodidacta, industrial afortunado desde muy joven, innovador en técnicas y sistemas sociales, quien en el furor de la revolución industrial puso en práctica sus ideas organizando las colonias de New Lanark, en su propio país Inglaterra y la de Nueva Armonía en Estados Unidos (Indiana); por su parte, Fourier de origen francés, elaboró concepciones geniales y ambiciosas al respecto.

El corporativismo llegó para quedarse y como apuntó recientemente el premio Nobel de economía Joseph Stiglitz: "Las cooperativas y la economía social proporcionan un tercer pilar clave para el equilibrio económico” y son la única alternativa para paliar los problemas sociales y económicos que enfrentamos en el mundo capitalista. Stiglitz agregó que las cooperativas representan una mejor manera de responder a los elevados riesgos que amenazan a nuestras sociedades. "Hay alternativas al sistema actual, aunque algunos sugieren que no las hay", advirtió. "Algunos opinan que necesitamos ajustes menores en el sistema. Pero los problemas son profundos y fundamentales y no van a poder ser resueltos con pequeños ajustes".

Impulsar las cooperativas requiere de erradicar la codicia, que no es más que el deseo vehemente y sin freno de obtener dinero y lujos para sí mismo sin importar el costo social. En México, La Cruz Azul es quizá la cooperativa más visible por tener entre otros negocios, un equipo de fútbol con miles de fans; su éxito, es muestra de que el trabajo en equipo, la estructura horizontal y el compañerismo llevan al triunfo.