“Los partidos políticos triunfan o son destruidos por sus conductores. Cuando un partido político se viene abajo, no es el partido político quien tiene la culpa, sino el conductor.”. Juan Domingo Perón.

El título de la presente entrega, tiene por objeto reflexionar respecto a un hecho que es muy probable que suceda en los días venideros en el Partido Acción Nacional (PAN), así como el reto al que sin duda, tendrán que enfrentarse sus cúpulas y militantes al término del proceso interno que vivirán para renovar su  dirigencia nacional el próximo 18 de Mayo.

Toda elección tiene ganadores y perdedores; por ende, sí el proceso interno y la victoria que alguno de los dos candidatos obtendrá, no se manejan con madurez, tolerancia e inteligencia, sólo se estará ante la presencia de una probable fractura interna; de los panistas depende que esta no se materialice, de lo contrario serán pasajeros de un avión que desciende a toda velocidad en caída libre.

Algo similar le sucedió al Partido Revolucionario Institucional (PRI), tras la abrupta salida de Elba Esther Gordillo, luego de que Roberto Madrazo siendo presidente del Comité Ejecutivo Nacional de dicho partido se autoimpusiera aprovechándose del cargo referido, como el candidato presidencial de ese partido a la presidencia de la República en el año 2006; una vez derrotados en esas elecciones, con la perdida de gran parte de su estructura, misma que se marchó junto con Elba Esther y con todos los pronósticos adversos, los priistas supieron reagruparse.

Ya siendo oposición y sabedores de la obligación que tenían de recuperarse de esa fuerte caída, los priistas realizaron un proceso de reconstrucción interna el cual les permitió recuperar espacios que habían sido perdidos como diputaciones, gubernaturas y alcaldías de capitales estatales importantes; pensaron a futuro, fueron construyendo la candidatura de Enrique Peña Nieto mucho tiempo antes de las elecciones de 2012.

El PAN el día de hoy, se encuentra cercano a elegir a su próximo dirigente nacional; uno de los panistas que suena con más frecuencia para buscar la candidatura presidencial por ese partido en el 2018 es el gobernador Moreno Valle, mismo que decidió tomar partido por la continuidad del proyecto maderista de manera obligada, sabedor que del otro lado tendría el camino más difícil para hacerse con la candidatura presidencial a pesar de la amistad que alguna vez se profesaron él y Ernesto Cordero.

A Moreno Valle sus antiguos amigos y aliados, en especifico Ernesto Cordero,  según una nota publicada el día 12 de Mayo de este año por Diario Cambio, han pensado en denunciarlo penalmente ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) por el presunto desvió de recursos públicos para apoyar la campaña de su candidato a la dirigencia blanquiazul, Gustavo Madero. //www.diariocambio.com.mx/2014/secciones/zoon-politikon/item/60718-ernesto-cordero-denunciara-a-moreno-valle-ante-la-fepade

Algunos pensaran que a Moreno Valle le beneficia que Ernesto Cordero hablé mal de él o realice acusaciones en su contra, en razón de que le ayuda a posicionar su nombre, pero muchas personas también lo ven como producto de una campaña caracterizada por la guerra sucia y como indicador de que podría existir o existe una fractura interna.

Creo que una vez que se conozca al ganador de la contienda interna, los panistas tendrán el reto de realizar la famosa operación cicatriz y reagruparse para empezar a trabajar en las elecciones intermedias del año 2015 para renovar la Cámara de Diputados, en las elecciones del año 2018 en las que se elegirán –sí no mal recuerdo-  presidente de la República, diputados federales, senadores, gobernadores, alcaldes, congresos locales de los 31 Estados y el Distrito Federal, por aquello del empate del calendario electoral de los estados con el de la federación, e impedir una derrota que los liquide y los divida aun más.

Surgen las dudas y las preguntas respecto a la voluntad y capacidad de los panistas para realizar lo descrito en el párrafo anterior, ya que al perder la elección presidencial del 2012 y pasar a ser oposición como tercera fuerza política en el país, no se reagruparon, se dividieron aun más al buscar culpables de la derrota e incluso están agudizando la división en la que han vivido en últimos tiempos en el marco de la contienda interna para elegir a su dirigente nacional; además de que dejaron revivir a un PRI que ha aprendido de sus errores, que ha sabido capitalizar dichos tropiezos, se ha empoderado y también ha recuperado muchos de los espacios  que antes habían perdido.

Aunque no les guste y no lo quieran ver así, pero creo que los panistas deberán aprender de los priistas para salir bien librados en el futuro próximo.

Twitter: @FranciscOchoa.

Nota: La imágen publicada en este blog, fue extraida de la página web www.adnpolitico.com.