Conjetura

Cuando los teóricos se refieren al origen la música, los hay quienes buscan en sus inicios históricos y geográficos más remotos, o bien, los hay quienes indagan sobre la forma en que surge, se forma o manifiesta en el ser humano. En cualquiera de las categorías que se puedan enunciar, la creación y la recreación musical dependen de diversos elementos individuales y de grupo. En todo caso, las teorías agrupan características comunes que permiten estudiar a la música de una forma hasta cierto punto más ordenada.

Percusión

El pretexto para pensar brevemente sobre esta idea se encuentra en un fonograma que fue publicado en 2015 por la disquera Awesome Tapes from Africa. El artista en turno se trataba de un percusionista de Ghana, nacido en la villa de Sarú, de nombre Sk Kakraba. El instrumento que interpreta es un tipo de xilófono llamado Gyil. A la par con el mbira, o piano de dedos, el gyil se caracteriza por ser un instrumento idiófono. Instrumentos occidentales como el triángulo, los platillos o el vibráfono, entre muchos otros, son también instrumentos idiófonos. Como tal, el gyil debe tocarse con baquetas.

Construcción

El “gyilista”, o percusionista del gyil, es entrenado desde niño para crear su propio instrumento. El proceso de construcción, además de formar parte de una tradición, tiene características rituales. La madera del gyil es de un árbol que la gente del lugar llama neura y que ellos mismos traducen como “niños del bosque”. El proceso es bastante laborioso, en primera porque esta madera sólo se puede encontrar en los bosques de Ghana. En segunda, es necesario dejar que el árbol caiga por su propia cuenta. Una vez que ha sucedido eso, el árbol se corta de un tamaño justo en el que se puedan colocar las teclas del gyil. La madera se deja secar. Finalmente, las teclas se colocan en su posición.

Aunque el gyil se puede clasificar como un instrumento idiófono, las teclas del mismo no tienen la suficiente resonancia. Por lo tanto, es necesario colocar debajo de cada tecla una calabaza cuyo tamaño dependerá de la tesitura, grave o aguda. Así, la serie de calabazas está ordenada de grandes a pequeñas, y éstas hacen las veces de resonadores. El gyil está hecho de 12, 14 ó 17 teclas que se colocan sobre un marco de madera.

Ritual

La música que se interpreta con el gyil está pensada para tocarse de forma individual y con ella reunir un grupo de gente alrededor. La gente que se congrega lo hace por cuestiones ceremoniales y festivas, en donde destacan los funerales como los eventos más importantes en África occidental. De ahí que la música de gyil se caracterice por géneros como cantos fúnebres o lamentos. Sin embargo, dentro de la tradición musical de Ghana también se pueden hallar cantos de cuna o canciones para trabajar. Dos elementos muy importantes para esta música son la originalidad y la improvisación. A pesar de la individualidad de la interpretación, la función de la música del gyil es su sentido socializador. En conjunto, en esta música se refleja tanto la herencia cultural del pasado como la vida tradicional de las sociedades.

Estilo

Al escuchar a este percusionista, de inmediato se percibe un sonido misterioso y fascinante. Los ritmos que se despliegan en cada brazo y mano van de lo sencillo a lo complejo, donde el juego de la birritmia puede llegar a ser intrincado. Por ejemplo, la mano y brazo izquierdo pueden mantener un largo ostinato (un ritmo que se repite de forma constante) sobre el cual se desarrolla una melodía que en algunos momentos parece no tener relación rítmica alguna con la otra parte. La habilidad y talento de Sk Kakraba son tales que se tiene la impresión de escuchar varias melodías al mismo tiempo con diversos patrones rítmicos en el bajo.

En este sentido, se puede afirmar que el estilo de Sk Kakraba se caracteriza por la originalidad de sus composiciones a las que se une un alto grado de improvisación. Evidentemente, su tradición musical y ritual es un fundamento importante sobre lo cual ha desarrollado virtuosismo, coherencia y expresividad.

Experiencia

La música ritual de un instrumento como el gyil puede resultar sumamente atractiva o, por el contrario, dejar una experiencia auditiva extraña. Es decir, habrá quienes se sientan encantados por el sonido enigmático y cautivador de este tipo de percusión, como aquellos que la rechacen de inmediato. De una forma u otra, sus características bien pueden representar el origen de la música.