El punto de partida

Como parte de la serie “Compositores poblanos”, producida por la Secretaría de Cultura y la Dirección de Música, de Puebla, un disco que llama la atención es precisamente el número 4. De forma similar a otros discos de la colección, éste destaca por su singularidad y por el testimonio musical que resguarda. El fonograma en cuestión lleva por nombre “Canción popular contemporánea”. La idea del título es la de poder englobar e incluir una música diversa –en género y estilo–, un “nuevo canto”, de cantautores que buscan vías propias.

César Alejandro Olvera

Naturaleza

Cada canción, texto, música es una historia, experiencia y expresión distinta. El conjunto de cantos nuevos que integran el fonograma alude a un amplio abanico de posibilidades expresivas y características que se puede hallar en cada cantautor. En esta música se buscan “caminos alternos a la canción comercial: [se] procura una estética fundada en estructuras musicales y textos innovadores, arraigados”. La música es sencilla y directa, el texto llega con toda su fuerza al oyente. Con los recursos y efectos sonoros empleados en cada obra, la música se introduce con sutileza en el espíritu.

Torrente

La letra y la música son originales de cada cantautor, asimismo, cada uno de ellos ha grabado sus propias composiciones a través de su voz y una guitarra. En diversos casos se puede hallar el acompañamiento de otros músicos. En general, estas canciones han sido grabadas de forma específica para otros discos. Por lo tanto, se puede hablar de una compilación de la música popular más representativa en Puebla.

Las obras y personalidades que se pueden hallar son: 1) Usted, Gareli Ramírez, 2) Otra historia más, José Luis Galindo, 3) Delirio, Gerardo Pablo, 4) María, Picke Rivera, 5) Cielo del mar, Alejandro Estrada, 6) Lu, Nono Tarado, 7) Satori, César Munguía, 8) Naturaleza, Aldo Obregón, 9) Sólo pido, José Roberto González, 10) Torrente, César Alejandro Olvera, 11) Flores, flores, Carlos Arellano, 12) Sí, Juan Guzmán, 13) El punto de partida, Eduardo Bermúdez, 14) Y si mañana, Carlos Carreira, 15) El estallido, Miguel Ángel Méndez.

Flores, flores

La totalidad de canciones que se incluyen conforman una gran suite, donde cada una responde a un género musical diferente. Estos géneros alternan entre sí de tal forma que se produce una variedad musical que deja un gusto muy grato al oído. Cada músico sigue su propia trayectoria, pasos muchas veces compartidos con otros colegas y cantantes. Sus pasos llevan a la creación de grabaciones únicas que evidentemente forman un recordatorio auditivo para sus seguidores y que a otros invitan a escucharlos en vivo.

Como parte de una tradición trovadoresca, buscan valores, alternativas, sentimientos y reflexiones, a veces propias, otras veces como reflejo de la sociedad. Música y canto nuevo que surge “de la combinación de la música folclórica latinoamericana y la canción altamente politizada”. Esta música es una “hija directa de la trova cubana”, enraizada en años (década de 1970) en que “Puebla vivió un exilio de argentinos y chilenos”. De aquella tradición, de tal influencia, llega hasta estos días lo que ahora se puede llamar canción popular contemporánea.

El estallido

Nombres como los de Guillermo Briseño, Alejandro Filio y Óscar Chávez, forman una referencia importante, un punto de partida. Después, cada cantautor armoniza su propio camino, aprenden e integran nuevas posibilidades creativas, crean y desarrollan proyectos que se unen a la poesía, que buscan quedarse en la memoria de públicos de todas las edades y gustos. En cada melodía se produce una intensa descarga emotiva que da un significado más profundo a textos que estimulan los recuerdos y deseos de los oyentes. La voz de cada cantautor se convierte en un hechizo, en un delirio, como una sirena que arrebata a sus oyentes bajo el inmenso cielo de un ancho mar sonoro.

Este texto fue publicado en el diario El Popular, Puebla, Pue., México, el viernes 11 de septiembre de 2015, en la columna semanal “Son, sonata y rock”.