Es muy curioso escuchar como a pesar de no seguir siendo niños, la justificación de mis pacientes adultos para no desayunar es: - ¡es que Doc! no me da hambre tan temprano -. 
Este tema escabroso del desayuno y el almuerzo fue motivado por uno de mis pacientes que frecuentemente viene a las doce del día a consulta y siempre suena su estómago como "guru guru" exigiendo comida.
Para entender porque vale la pena hacer nuestro, el hábito del desayuno conviene mencionar algunos inconvenientes del ayuno prolongado:

1) Metabolismo lento: si crees que por ayunar vas a bajar, lo mas seguro es que causes efecto contrario y engordes en un afán de ahorro de reservas grasas que tu cuerpo adapta como mecanismo compensatorio.

2) Reflejos y capacidad cerebral disminuida: ya que el cerebro se alimenta de glucosa, en ayuno hace huelga de trabajo y se niega a pensar o retener el 100% requerido.

3)Pérdida muscular: Ya que tu organismo no recibió nutrientes los produce a partir de las proteínas contenidas en el músculo, con lo cual ocurre pérdida del mismo (flacidez).

4)Ansiedad: Tu sistema nervioso aún de forma imperceptible lo resiente, ya sea que manifiestes temblor, taquicardias o simplemente reaccionas con atracones en la comida más próxima ya sin ningún filtro pensante, porque caes en comer lo que se te atraviese en el camino.

Es muy fácil evitar todo esto:

Paso 1: Rompe creencias de la infancia, ya no eres un niño es hora de ver por ti mismo.

Paso 2: Desayuna no mas de una hora después de haber despertado por lo menos una fruta y un té en lo que puedes darte el tiempo de almorzar.

Paso 3: Que no pasen mas de 3 horas entre comida y comida, sobre todo entre el desayuno y el almuerzo.

Paso 4: Que tu almuerzo incluya un poco de cada grupo de alimentos: proteína, carbohidratos, grasas y vitaminas. Ejemplo:
Huevos a la mexicana acompañados de una tostada deshidratada.

Paso 5: ¡No minimices! cada pequeño acto en pro o en contra de ti mismo tendrá repercusión en el tiempo y en tu cuerpo cuando ya no puedas dar marcha atrás.

Solo hay dos opciones: envejecer sanos o enfermos... ¿Tu cual eliges?