Federer, Nadal, Federer, Federer, Federer, Federer, Nadal, Federer, Federer, Federer, Djokovic, Nadal, Nadal, Federer, Nadal, Federer, Federer, ¡Del Potro!, Federer, Nadal, Nadal, Nadal, Djokovic, Nadal, Djokovic, Djokovic, Djokovic, Nadal, Federer, ¿Murray? ¡Sí! Por fin Andy Murray se ha quitado el gafe de no poder ganar un Grand Slam e inscribe su nombre en la lista de los grandes jugadores del tenis aunque todavía le queda mucho camino por recorrer para ser recordado en ésta época de la cual es dueño Roger Federer y si otros le han dado competencia sólo han sido Rafael Nadal y Novak Djokovic. La lista del inicio son los ganadores de títulos de Grand Slam desde 2006 y éstos tres la han dominado con plenitud.

Ahora Murray pone su nombre en medio de los tres colosos, así como lo hizo Juan Martín Del Potro, quien evitó el sexto US Open consecutivo de ‘Su Majestad’ en 2009, y que a partir de ahí no se ha repetido campeón de este Abierto. Y es que ya les había ganado en Masters, pero nada como hacerlo en un torneo mayor. Es el paso adelante que necesitaba el escocés.

Y ya se veía venir este año, con la final que perdió en Wimbledon ante Federer, pero que pudo desquitarla ganando la medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Londres en el mismo escenario menos de un mes después venciendo al mismo rival. Su revancha y la amenaza de una mayor competitividad en lo que se venía.

Andy está disfrutando del mejor momento de su carrera y lo ha hecho ganando confianza en sí mismo – así como le ocurrió a Nole – para explotar su talento sin caerse en los momentos decisivos. Desde principio de año tiene a Ivan Lendl como su entrenador, quien seguramente le ha mejorado el juego pero además le ha inyectado ese grado de auto-control y confianza, dado que el checo también tardó en ganar su primer GS, aunque al final de su carrera llegó a la nada despreciable cifra de siete.

Para mejorar su juego y estar mentalmente más fuerte y motivado, ha cambiado parte de su estrategia al ser menos defensivo para esperar los errores del rival y buscar mayor agresividad, atacando e imponiendo su ritmo en los puntos. Aunque parece que a veces inconscientemente se deja dominar y vuelve a su estilo conservador. Y eso le pudo costar en la final en Nueva York, ya que después de estar dos sets arriba del serbio, este lo empató y forzó el quinto set, donde al final el británico recuperó concentración y supo aclimatarse mejor al fuerte viento que pegaba en el Arthur Ashe para terminar de romper el maleficio y aprovechando la lesión de Nadal, colarse a la tercera posición del ranking de la ATP.

A la quinta final fue la vencida para Murray y al 286º Grand Slam para que un británico volviera a ganar. Impresionante cifra que posiblemente convertirá al escocés en ‘Sir’, si es que los británicos tienen memoria y aprecian lo que ha logrado el tenista de 25 años.

La competencia los hace mejores y eso nos hará ver mejor nivel de tenis y mejores partidos entre éstos grandes jugadores. Bienvenido a la élite Sir Andy Murray.

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