“Si piensas que puedes, tú puedes. Y si piensas que no puedes, tienes razón.” Anónimo.

La verdad es que todos tenemos distintas actitudes, pero también sentimientos y deseos, los cuales hacen algo especial nuestra personalidad.( Sí, bien que sabes si eres grummpy, el buena onda, dalay mood, intenso, etc.. lo sabes y te haces…) Hay infinidad de actitudes que podemos manifestar, INFINIDAD!!

Las actitudes con las cuales enfrentemos la vida son muy importantes, son un motivador y una fuente de energía, y pueden ser también las que nos destruyan en nuestros objetivos, que nos impidan tener ánimos y deseos de realizar las cosas. (La conocida “flojera, pereza o hueva” también es una actitud). Ohhhh…

Las actitudes pueden ser de dos tipos: positivas y negativas, por un lado, las positivas son completamente aceptadas y generan un bien, mientras que las actitudes negativas generalmente hacen daño a las personas.

Como seres sociables nos estamos relacionando constantemente con un gran  número de personas y con base a eso mostramos diferentes actitudes, pero es importante también tomar en cuenta el contexto en el que estemos.

Generalmente estamos todo el tiempo pensando, sintiendo o haciendo esto o el otro. (Aunque estés en tu cama, sientes piensas y haces, te haces el interesante probablemente, pero el chiste es que algo haces). 

Estas 3 cosas ayudan a formar la actitud. Una actitud refleja la forma en que uno piensa, siente y se comporta en una situación.

Las actitudes se pueden confundir con rasgos de personalidad ya que hay una línea muy delgada entre los dos. Los rasgos de personalidad son más rígidos y permanentes, mientras que las actitudes pueden cambiar con distintas realidades y experiencias de la vida. Los rasgos de personalidad son los que nos definen a cada quien desde que somos chiquitos y se van definiendo más conforme vamos creciendo, y las actitudes son aprendidas y adquiridas. En palabras simples, las actitudes son juicios o conclusiones que sacamos sobre determinados fenómenos de la vida, incluyéndonos a nosotros mismos.

En esencia, lo que piensas, lo que haces, y lo que sientes es lo que forma la actitud. La actitud se forma por diversos medios. A veces, se basa en nuestras experiencias y conocimientos y, a veces las adquirimos de otras personas. 

Hay ocasiones en las que tenemos muchos problemas, estamos pasando por alguna enfermedad o momento difícil, puede no ser el mejor día que estemos viviendo etc…, y entonces todo se convierte en una mala idea, nada nos parece, nada nos gusta, y empezamos a ver todo de mala manera, y esto no quiere decir que las cosas estén mal. ¿Te suena el: “Hoy no es mi día”? probablemente sí, a muchos nos ha pasado, por alguna cosa mala que nos haya pasado, de repente como por arte de magia ya en todo nos empieza a ir mal, cualquier tontería se nos hace GIGANTE, hasta que te toque un alto en la calle te parece mala idea (los altos son TOTALMENTE normales, ¡no te aflijas!). Aunque si claro, puede que se junten las cosas y realmente nos pasen cosas malas en un solo día, pero OJO también es ACTITUD, si a pesar de que algo no salió como querías que saliera no quiere decir que las cosas no van a salir y que por eso ya TODO lo demás está mal, al contrario, busca otro plan pero NO cambies tu meta. Fue UNA cosa que no fue del todo de nuestro agrado, pero si eso lo tomamos con un poco de filosofía (ACTITUD POSITIVA), seguramente el resto del día irá mucho mejor. 

 ¿Se puede cambiar la actitud? Claro, aunque para eso hay que cambiar un poco la forma de pensar ante la situación, ¡Cosa difícil, pero no imposible!. Claro que también está la actitud positiva, algo bueno nos pasa y ¡BAM! de repente ya es el mejor día de nuestras vidas. Qué bueno, así con actitud positiva y REALISTA es como hay que vivir y enfrentarnos a lo que venga todos los días, SIN ESPERAR a que nos vaya a pasar algo MAGNÍFICO para tener buena actitud,  porque como Winston Churchill decía: “La actitud es una cosa pequeña que hace una gran diferencia”.

@CarmenHachity

Fuente: //www.umer.es/images/doc/n47.pdf

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