A raíz de los ataques a Beirut y París escribí esto en mi muro de facebook:

El reclamo rencoroso como forma de convencimiento, me parece una manera ineficaz de generar la participación cuya ausencia nos ofende. 

¿Por qué la gente no se involucra con lo que pasa al rededor, en el cotidiano? o más bien ¿qué gente es la que no lo hace? 

Construir ciudadanía debiera ser un esfuerzo diario, que comenzara por cuestionar todo, empezando por nuestro estilo de vida. ¿Por qué consumo lo que consumo y qué impacto tiene en mi cuerpo, en la tierra, en la vida deotras personas? Por ejemplo. Siguiendo por nuestras interacciones cotidianas ¿qué clase mujer o de hombre soy, cómo he llegado a ello? ¿por qué sigo reproduciendo estereotipos e ideas culturales sobre lo que debe ser o emitiendo discursos racistas, clasistas?

¿Cómo participo con mi comunidad, con mis amigos cercanos, cómo discutimos lo que pasa en la ciudad, en el país en otras partes? ¿Cómo nos involucramos?
¿Cómo me hago cargo de la realidad y en ello construyo un vivir, actuar y discurrir más o menos congruente?

Y todo eso, ¿cómo lo transmito al resto como una manera de estar, como una invitación a construir?

En lugar de ello, de tener este proceso largo, doloroso, cuestionador e incómodo, muchas veces optamos por quedarnos en un plano sencillo del ejercicio de la ciudadanía: yo marcho cada vez que se convoca a una manifestación, uso hashtags y posteo imágenes y notas, a veces doy mi firma, pero más no hago. Y a quien no lo hace como yo le reclamo airadamente no hacerlo: ahora te veo poniendo cosas sobre el ataque a París pero nunca te he visto en una marcha de Ayotzinapa, reclamamos como policías de la congruencia. 

Así, opino yo, difícilmente involucraremos al vecino a nuestra causa. 

Hace falta y mucho, hablar, dialogar y participar: ceder y conocer las agendas, compartirlas e integrarlas no sólo a nuestro discurso, sino a nuestro vivir cotidiano. 
Tal vez así la suma de indignaciones nos saque de este debate estéril sobre cuál es la buena indignación y cuál es la de chocolate. 

Y subamos dos escalones el nivel, aprendamos de quienes lo han hecho como forma de vida en occidente, precisamente, el pueblo francés.

Lo recupero en este espacio para recordar que los espacios de participación ciudadana son pocos y debemos tomarlos, abrirlos, aprovecharlos. En el caso del municipio de Puebla contamos con los Consejos Ciudadanos de Participación, hay otros estados que tienen este tipo de modelos u observatorios de la política pública.

Cabe aclarar que estos consejos son órganos ciudadanos no de gobierno, de ahí su importancia y pertinencia. 

El próximo 30 de noviembre y 1 de diciembre tendrán, tendremos, el encuentro nacional en Puebla, un encuenro ciudadano.

Es importante que como ciudadanas y ciudadanos asistamos (la entrada es libre) y nos involucremos con los consejos que tocan nuestros temas de interés. Esta es una oportunidad imperdible, para quienes formamos parte de los consejos como para los habitantes de éste y otros municipios: participar implica involucrarnos.

Para mayor información entra a esta página: www.cciudadanopuebla.com

Brahim Zamora Salazar es presidente del Consejo Ciudadano de Derechos Humanos y Equidad entre Géneros del Municipio de Puebla, trabaja en el Odesyr 

Este es su tuíter: @elinterno16

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