El temor a lo desconocido siempre es el más grande obstáculo cuando queremos mejorar, pero el identificarlo ya es el primer paso para vencerlo. Muchas ocasiones nos pasamos los días buscando justificaciones para continuar realizando actividades que no nos gustan, que sabemos poco aportan al alcance de nuestras metas. Nos pasamos la vida buscando los motivos para seguir haciendo lo mismo para dejar de lado la búsqueda de lo que realmente nos ayudaría a crecer.

Mucho se habla de la zona de confort pero hacia afuera, hacia otros. ¿Cuántas veces has reflexionado si no te vas a estudiar al extranjero porque dejarías la comodidad de tu casa? ¿Cuántas veces has pensado en dejar de renegar sobre tu trabajo actual por salir a buscar uno nuevo o emprender un negocio? ¿Cuántas veces dejas ir tus metas por conservar tu comodidad?

Tu vida comienza al final de tu zona de confort. ¿Cómo salir de esa comodidad que te contamina a tal grado que te impide ver el camino que previamente habías trazado? Si te detienes un momento, el arranque será difícil. La maquinaria de la innovación y creatividad es como esos grandes hornos industriales, no los puedes parar o te costará mucho echarlos a andar posteriormente.

Atrévete, primero a aceptar que estás muy cómodo allí sentado sin pensar trabajando mecánicamente como lo has hecho durante años, luego acepta que has perdido la capacidad de aprender y re-aprender; atrévete a cambiar el “y si…” por “voy a…”; atrévete a dejar esa situación que tanto te impide crecer, desarrollarte y explorar nuevos ámbitos que te enriquecerán. Atrévete a levantarte de tu lugar y tomar las riendas de tus acciones con plena conciencia de que podrá no ser fácil, pero si logras lo que esperabas, entonces habrá valido cada incomodidad vivida.