@dobbyloca

A lo largo de mi vida, al igual que millones de personas en este país, he estado de alguna u otra manera expuesto a la mediatización del fútbol. Como parte de este espectáculo, están las expresiones de júbilo y de alegría cuando el equipo de nuestra preferencia aventaja en el marcador, y dentro de estas expresiones, no es poco común encontrar una parte significativa de referencias a la sexualidad, que desde hace varias décadas existen, y que ahora seguimos reproduciendo a través de diversos medios.

El partido de Croacia – México no fue la excepción, y entre declaraciones de prensa de los directores técnicos, comunicados de la FIFA y el “humor” mexicano, no tardaron en aparecer las imágenes que en tono burlesco pretenden ridiculizar al rival y enaltecer al paisano. “Nos la pelan”, “La van a sentir”, “Se las van/vamos a meter”, “Les dimos durísimo”, “Cogida que les metimos”, etc., son algunas de  las frases que se leían en redes sociales, y su origen no nos es desconocido: hablan sobre la actividad sexual y la penetración.

Tampoco es ajeno a nosotros todo el dilema alrededor de la palabra “puto” en el contexto del despeje por parte del portero contrario (y por parte de los tiros de esquina, tiros libres y prácticamente todas las jugadas emprendidas por el otro equipo en este último partido, como castigo o burla a la FIFA, aparentemente).

"Querida FIFA: Por favor, conoce la diferencia: 
Homosexual: gente del mismo género (?)* Puto: El que lo lea." 

*(hasta para eso la cagan)

¿En qué se relacionan? Pues como muchos dicen, en efecto “puto” tiene muchos significados, dependiendo del contexto y la intencionalidad, pero el original es una forma ofensiva y discriminatoria para referirse a una persona homosexual, y a partir de ahí se han construido diversas variantes. Entre ellas, está la de sobajar o burlarse de la otra persona, ya que esta es poco masculina, y como lo masculino es penetrar, lo contrario es ser penetrado. Y ser penetrado no sólo es visto como algo ajeno a lo masculino, sino como un reflejo de debilidad, de sometimiento y de inferioridad.

El macho reafirma su masculinidad penetrando, y el otro no puede más que sufrir y someterse, puesto que es inferior, y esto es mucho más amplio que una preferencia sexual, pues incluso en parejas del mismo sexo al penetrado se le reconoce como débil. Así, el gran pene de la selección nacional penetra el culo de la otra selección, provocando sufrimiento en ella y demostrando a su vez la propia superioridad.

Y no estoy encontrando el hilo negro, ni mucho menos. Todos sabemos de lo que aquí expongo. Incluso yo he hecho este tipo de expresiones, y no es como que todos debamos de ser censurados, puesto que somos consecuencia, más que causa, y si nosotros tendemos a comportarnos de esta manera, es porque hemos aprendido que “así es” y que es parte de la experiencia futbolística. El problema es que una vez que nos damos cuenta de esto, decidimos de manera consciente negarlo, e incluso justificarnos en el juego, en la tradición, en la pasión, o peor tantito: ¡en la cultura!

"ehhhhhhhhhhhhhhhh (¿Putos?)"

Lo que yo pretendo es que dejemos de hacernos tontos y reconozcamos cuál es nuestro papel al reproducir estas prácticas. Si la intención de decirle “puto” al arquero contrario no fuera ofenderlo, insultarlo –independientemente de hacer o no referencia a una preferencia sexual–  ¿entonces para qué llamarlo de esa manera? Si sabemos que en esas frases referentes a la penetración encontramos superioridad porque la penetración está asociada al macho (superior) y no a la hembra (inferior), ¿por qué negar que son machistas?

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La afición mexicana se demuestra abusiva, violenta, transgresora. Si por algo se ha caracterizado es por sobrepasarse. En las imágenes del partido de hoy incluso pude ver cómo espectadores mexicanos arrojaban vasos con cerveza (o eso espero) a los aficionados croatas. ¿Es esa la intensidad del fútbol? ¿Es esa la pasión? ¿La creencia en “nuestro” equipo? Díganme aguafiestas si quieren, pero yo creo que hay muchas otras expresiones de alegría que no tienen que ser acompañadas de xenofobia, racismo, sexismo y acoso.

Creo que es posible separar la afición de la sexualidad, y entender al fútbol por lo que es, y no por lo que nosotros queramos que represente. Sólo es cuestión de reconocer que a partir de nuestro lenguaje podemos seguir reproduciendo el machismo, o podemos contribuir a la creación de una sociedad más justa para todas y todos.  Y aprovechando que ya estamos en eso, independientemente de que seamos heterosexuales u homosexuales, liberémonos de prejuicios y dejémonos ser penetrados cuando menos para experimentar.  Bien dice un amigo que en la penetración no hay debilidad, sólo placer.

¡Hasta la próxima!