Recientemente hemos visto manifestaciones por parte de los jóvenes de todo el mundo en contra de sus gobiernos, de algún candidato o de mostrarse a favor de algo que consideren debe ser legalizado.

Es normal que  los jóvenes queramos ser rebeldes, mostremos lo que no nos gusta del sistema y busquemos que el mundo que nos tocó vivir sea mejor.

Haciendo una reflexión acerca de lo que pasa en Venezuela, después de varias platicas que he tenido con amigos que viven allá y también reflexionando sobre lo ocurrido en el año 2012 en México con el movimiento #yosoy132 , he llegado a la conclusión que los jóvenes se manifiestan contra cualquier forma de gobierno que no les de los resultados que ellos esperan y que merecen.

Antes conseguir aplausos era más fácil de lo que es ahora, bastaba con que el medio de comunicación oficial lo dijera para que la gente lo creyera, hoy es distinto y esto es en gran parte gracias a las redes sociales están jugando un papel trascendental en el siglo XXI y ahora cualquiera puede jugar el papel de ser periodista…

Los gobiernos actuales están bajo la lupa, pues incluso es sabido por todos que los logros que muestra cada gobierno son altamente cuestionados. La incredulidad y el escepticismo están a la orden del día, ni siquiera la detención del Chapo causó el furor que sin duda esperaba el Presidente Peña Nieto y eso es un reflejo de que la ciudadanía está cansada de escuchar sólo cierta parte de la realidad…

La ciudadanía ya no se chupa el dedo, cada vez es más receptiva, le gusta hacer realidades alternas a las que nos presentan en los periódicos, revistas y la televisión, le encantan las historias sobre conspiraciones y es por esta razón que cada día es más difícil para los políticos tener altos niveles de popularidad, pues no habrá ninguna acción por parte de ellos que no sea motivo de duda

Quien gobierne deberá entender las nuevas condiciones que hoy se presentan, pues incluso la represión contra sus propios ciudadanos podrá ser conocida por todo el mundo con tan sólo un click y ese esquema debería cambiar paradigmas sobre el cómo gobernar.

Celebro que la juventud sea motivo de cambio, que busque que este mundo sea mejor, que no se rinda y haga hasta lo imposible para que sus sueños se hagan realidad.

Y hay muchos que afirman que ser joven y no ser revolucionario se podría considerar hasta una contradicción biológica ¿será?