-Ustedes son muy jovenes aún -dijo- pero un día comprenderán que lo más importante en la vida es aprender a gozarla.

Sus palabra siguen tan presentes en mi mente como aquella tarde en la que nos dió el mejor de los consejos según dijo y aunque no puedo negar que es más dificil de lo que creí, me propuse hacerlo posible, al final del día no importa que tan malo o bueno fué pues se ha terminado y lo único que nos queda es lo mucho o poco que hayamos sacado de la situación y cuanto la hayamos disfrutado.

Cuantas veces nos pasamos los días atareados, maldiciendo en el tráfico sin apreciar lo afortunados que somos por el simple hecho de estar vivos, de contar con amigos y familia que nos aman, nos dejamos abrumar sin darnos cuenta que nuestros problemas no dejan de ser problemas de primer mundo: superficiales y con una solución.