Los mexicanos pensamos tanto en comida que hasta la cantamos. Así comienza la famosa canción interpretada por Pedro Infante:

"El piojo y la pulga se van a casar,

y no se han casado por falta de maiz, tirolo tirolo, tiro tiro tiro...".

Con tan conmovedora propuesta, todos los animalitos de la granja contribuyen a que la fiesta se lleve a cabo como Dios manda. Si no hay fiesta, no hay boda. Seguimos cantando:

"Se acabó la boda y hubo mucho vino, se soltó el gatito y se comió al Padrino!"

Para los que se quedaron con ganas de "tornaboda", también tenemos una canción interpretada por el genial Tin-Tan:

"A comer pancita con "Los Agachados", que vengo muy crudo hoy.

- De todo tengo siñooorr.

La birria es suave muy bien calientita, con su callito sabroso y gordito, su cebollita muy bien picadita

Chicharrón muy picosito como a mí me va a gustar, chayotitos muy tiernitos en su mole de pipián, romeritos calientitos con tortas de camarón..."

Y como suele suceder, en toda fiesta no falta una Niña Fresa:

"Que le sirvan tepache, ¡no, no!

Que le sirvan cerveza, ¡no,no!

Que le sirvan refresco, ¡no, no!

O un helado sorpresa, ¡no, no!

- ¿Un tepachito?

- Ash, ¿Tepache yo?, ¡para nada! ¿qué te pasa?"

Y  para los que aún después de la parranda sigan con hambre, les proponemos:

"Queremos comer, queremos comer.

Sangre coagulada revuelta en ensalada;

vómito caliente de muerto reciente.

Hígado picado de un sapo reventado

y de postre, ¿qué hay?

Caca de venado revuelta en el helado.

Y para la digestión, ¡un vasito de pus!

Nos despedimos no sin antes desearles buen provecho.