Estamos al equador del Mundial y seguro que has pasado nervios, alegrías, tristezas y estrés al ver nuestra Selección en su lucha por la copa.

¡Pero no todo es futbol en Brasil!

Así que te aconsejamos te relajes en una de sus maravillosas playas, de arena blanca, de altas palmeras y dejarte llevar por el calmante sonido del mar.



¡As melhores praias do Brasil!

1. Maceio:
   
   Maceio es la capital de Alagoas, uno de los estados más bellos de Brasil. Muy cerca de la ciudad, desde la playa de Pajuçara, salen las jangadas, un tipo de balsas con vela, que te conducen hasta sus maravillosas aguas. Al sur, playas de moda como Gunga o Francês y al norte, barra de Santo Antonio (con la célebre y atractiva Praia do Carro Quebrado), São Miguel dos Milagres (con do Toque, Tatuamunha, Lage y Patacho) y la más conocida Maragogi, con sus vecinas Bitingui, Japaratinga y Peroba, rodeada de coqueiros, justo en el límite con el estado de Pernambuco. ¡Kilómetros de relajación a tu alcance!
    
2. Espelho:
   
   Esta playa es una de las más bellas de Brasil, popularizada por quienes se instalaron en el condominio Outeiro das Brisas. Hoy en día no solamente existen los habitantes que pertenecen al complejo privado, sino también los que se instalaron en la playa, a orillas del mar: Enseada do Espelho, Pousada do Baiano y Fazenda Calá, entre otras. Estas playas son muy románticas y con toques “sofisticados”, pero son algo caras. Una buena opción es alojarse más al norte, en Trancoso o Arraial d’Ajuda, algo más económico, e ir a Espelho durante el día. Espelho es el auténtico paraíso con lo que debe de tener en cuenta que aún no hay cajeros electrónicos ni centros comerciales en la zona.
    
3. Morro de São Paulo:
   
   Situado en el extremo norte de la isla de Tinharé, que incluye, junto con Boipeba y Cairú, otras 23 islas pequeñas en el Archipiélago de Tinharé, está a 60 kilómetros al sur de Salvador, cerca de la ciudad de Valença. Morro de São Paulo es en realidad la villa principal de la isla, pero su fama fue tan alta que  todo el archipiélago se rebautizó como “Morro”. Este nombre proviene por la elevación en la que está “de São Paulo” porque su descubridor, Martin Alfonso de Souza, quien llegó en 1531, era devoto del santo con ese nombre. En esta zona, las playas principales se numeran de la primera a la cuarta. La última es la más extensa y alejada y termina transformándose en Praia do Encanto. Las mareas comandan el ritmo de la isla. Cuando se retira el agua aparecen las albercas naturales y la playa se vuelve inmensa, ideal para recorrer en bicicleta. En Morro hay dos miradores. Desde el del norte, se ven el atracadero, la Ponta do Curral –playa que está en el continente– , y un poquito de Gamboa. Desde el del sur, se obtiene una panorámica de las tres primeras playas. En el mirador sur está la tirolesa que, dicen, es la mayor de todo Brasil con 340 metros de largo y en su inicio, con 57 de alto.
    
4. Florianópolis:
   
   Sólo en Floripa pueden convivir un fenómeno inspirado en Miami: sus mansiones y sus beach lounges, con las playas salvajes de Lagoinha de Leste, Saquinho o Solidão. Sólo aquí coinciden una gran urbanización de ingleses con los casarios portugueses -vilas açorianas, en realidad- de Santo Antonio de Lisboa y Ribeirão da Ilha, donde, de paso sea dicho, se comen las mejores ostras. En Florianópolis está el surf de Mozambique y Joaquina, la vida noctura de la Lagoa da Conceição y los vestigios arqueológicos de la increíble isla de Campeche. ¡Una mezcolanza bien interesante de conocer!
5. Ilha Grande:
   
   Se trata de una isla de casi 32 km de largo por 14 km de ancho. Para llegar, los viajeros se reúnen cada mañana en la Vila de Abraão y toman alguna de las embarcaciones que salen hasta la playa de Pouso. Desde allí, son 20 minutos hasta Lopes Mendes, y después, la subida por una trilha estrecha para bajar hasta Santo Antonio. Hay otros paseos clásicos, a distintas playas: a la verde Aventureiros y Parnaioca (una de las salidas más alejadas), Lagoa Azul, Lagoa Verde y Japariz. Menos frecuentes son las excursiones a Cachadazo o Dois Rios, y menos aún la vuelta completa a la isla, que requiere un grupo armado para prorratear el costo.