El cerumen, también conocido como cerilla, es una sustancia natural producida por las glándulas ceruminosas y sebáceas del canal auditivo. Su función principal es proteger el oído de infecciones, polvo y partículas extrañas, ya que actúa como una barrera física y tiene propiedades antibacterianas. Además, el cerumen ayuda a mantener el canal auditivo lubricado, evitando la sequedad y posibles irritaciones.

Existen dos tipos principales de cerumen: el húmedo y el seco, lo cual depende de factores genéticos y varía entre poblaciones. Su color y consistencia también pueden variar, desde amarillo claro hasta marrón oscuro, y de textura suave a más compacta. A medida que el cerumen se acumula, suele desplazarse hacia el exterior del oído de manera natural gracias al movimiento de la mandíbula al hablar o masticar.

Aunque el cerumen cumple un papel protector, su acumulación en exceso puede causar problemas como pérdida temporal de audición, zumbidos o una sensación de oído tapado. En esos casos, es importante evitar el uso de hisopos u objetos puntiagudos, ya que pueden empujar el cerumen hacia el interior y causar daños. En lugar de eso, es recomendable visitar a un profesional de la salud que pueda realizar una limpieza segura o aconsejar el uso de productos específicos para disolver el exceso de cerumen.

Si te das cuenta que tienes exceso de cerumen o crees que esto te esta afectando acude al especialista para una revisión y revisar que todo este en orden. 

Dr. Alejandro Ortiz Domínguez - Otorrinolaringólogo y Cirugía Facial 

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