Hoy en día la actividad sexual de los jóvenes, conlleva a la maternidad o paternidad a muy temprana edad. Cambiando su estilo de vida de manera radical, porque ya se tiene otra, pues espera que después del nivel medio superior, continúen con su estudios universitarios.

Así, se puede encontrar que la identidad que normalmente se construye durante la adolescencia junto con los pares, la familia, la pareja y otros actores de su vida, puede sufrir una transformación al tener que elaborar una identidad culturalmente precoz de ser madre o padre adolescente y que puede afectar de manera directa o indirecta la crianza de un hijo.

Se ha hallado que los padres adolescentes ante la experiencia del embarazo, pueden estar  entre el rechazo y la idealización de sus planes, la resignación y la aceptación, el enojo y el apoyo, valor del evento de ser padres como un cambio brusco y asumiendo al hijo como una limitación o como una oportunidad para salir adelante.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la adolescencia se ha definido como la etapa del desarrollo humano que va entre los 11 y 19 años de edad, en la cual se consideran dos fases: la adolescencia temprana que va de los 11 a los 14 años de edad, y la adolescencia tardía dada entre los 15 a 19 años de edad.

Durante el Embarazo se afirma que se interrumpe y se desequilibra el proceso de desarrollo de los jóvenes, posibilitando que se presenten dificultades en la dinámica relacional entre éstos y el mundo psicosocial que les corresponde vivir.  Puesto que implica tomar de decisiones por parte de los jóvenes padres. Por otro lado, la adolescente embarazada debe conciliar las características correspondientes de la maternidad con las exigencias propias de su edad, en la cual se está terminando de constituir no sólo su cuerpo sino también su personalidad. Estas situaciones exponen a la joven gestante a un mayor estrés gestacional, relacionado con la presión económica, la posible falta de apoyo por parte de la pareja, la familia y la sociedad, los cambios en el estilo de vida, el probable abandono de sus estudios.

La maternidad y la paternidad en la adolescencia pueden implicar una crianza conflictiva, tanto para los padres como para las familias de los adolescentes, ya que estos aún no han terminado su proceso de socialización y dependen de su familia de origen tanto económica como afectivamente.

Igualmente, a estos conflictos, se le suman los cambios en los proyectos de vida, por ejemplo trabajar y estudiar al mismo tiempo o definitivamente dejar de estudiar,  vivir en casa de la familia del cónyuge.

En la Escuela Preparatoria Marie Curie nos preocupamos de la prevención en embarazos en nuestros alumnos adolescentes, y desde hace cuatro años realizamos un convenio con  Instituto Poblano de la Juventud (IPJ) con el Programa del Simulador Real de Bebés (SIRBE).

Consiste en hacerse cargo de un bebé virtual que pesa en promedio tres kilos y que está programado para llorar, ser alimentado y cambiarle el pañal. Los participantes portan un brazalete electrónico que registra cada uno de los eventos. Posteriormente el resultado es entregado a la Orientadora Vocacional de la Preparatoria y después se les da a conocer a los padres.

Esta experiencia ha sido enriquecedora por que los alumnos durante los días del proyecto, tiene la oportunidad de experimentar y concientizar lo que es ser madre o padre a temprana edad y las consecuencias que se tienen al no planificar bien.

Psic. Ana Leonor Ignacio Reyes

Coordinadora del Departamento de Orientación Vocacional Preparatoria Marie Curie de Puebla A.C.