¿Sabías que el 95% de los ataques cibernéticos pasan por culpa de un error humano? Así es. No importa qué tan buena sea la tecnología que uses: si alguien comete un descuido, todo se puede venir abajo.

Como dicen por ahí, una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil, y en internet, ese eslabón muchas veces somos nosotros.

¿Dónde metemos la pata?
La mayoría de las veces caemos por cosas simples:

• Dar clic en un correo que parecía real, pero no lo era.
• Usar contraseñas fáciles de adivinar como "123456" o "contraseña".
• Compartir información importante sin pensarlo dos veces.
• Dejar abierta la sesión en computadoras públicas.

Todo esto abre la puerta a los hackers. ¡Y ellos no pierden tiempo!.

¿Qué podemos hacer para no caer?

• Piensa antes de hacer clic. Si algo te parece raro, mejor duda.
• Usa contraseñas fuertes (y cámbialas de vez en cuando).
• No compartas datos personales por correo o mensajes si no estás seguro de quién los pide.
• Aprende a reconocer correos o sitios falsos. Hay señales claras (errores de ortografía, correos urgentes sospechosos, etc.).
• Pregunta si tienes dudas. Es mejor pasar por “desconfiado” que quedarse sin cuentas bancarias.

Lo que debes recordar
Por muy buenos que sean tus antivirus o tus sistemas de seguridad, todo puede fallar si no pones atención.

Hoy en día, cuidarnos en internet es tan importante como ponerle llave a la puerta de tu casa. Recuerda: la mejor defensa eres tú.

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