Es preciso llevar una dieta saludable, baja en grasas, e ingerir abundantes líquidos, frutas y condimentos naturales como el limón, ajo, perejil, alimentos que sacien y sean beneficiosos como el tomate, repollo, lechuga, huevos cocidos, guisantes, espárragos, setas, entre otros. Y es aconsejable evitar la sal, embutidos y pescado salado.
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