Aléxandros (Gregory Karr), un joven periodista, viaja a una población del norte de Grecia que limita
con Albania y que recibe el nombre de "sala de espera", ya que alberga a refugiados kurdos, turcos,
albaneses, polacos, rumanos, iraníes... que están a la espera de un permiso que les permita irse a
otro lugar. El periodista ha viajado con su equipo de televisión para filmar la vida de estas
gentes; pero, en medio de ese ambiente, cree reconocer a alguien: un político (Marcello Mastroianni)
que, diez años antes, desapareció misteriosamente de la escena pública griega, precisamente cuando
había alcanzado el pleno reconocimiento social.
Opinión
El reino del silencio - "La continua atracción de Angelopoulos por el Norte nos lleva, en esta
ocasión, a un gélido territorio de frontera en el que todos los valores parecen subvertidos. ¿Cómo
no pensar en el hilo tenue de la muerte al ver la línea que separa ambos países? No existe un
verdadero avanc ...
más»
El reino del silencio - "La continua atracción de Angelopoulos por el Norte nos lleva, en esta
ocasión, a un gélido territorio de frontera en el que todos los valores parecen subvertidos. ¿Cómo
no pensar en el hilo tenue de la muerte al ver la línea que separa ambos países? No existe un
verdadero avance en la "sala de espera" en la que aguardan las almas exiliadas de los refugiados.
Todo es vida vegetativa y gris, melancolía esencial y tristeza indefinida. El tiempo queda
suspendido, inerte y congelado. Los habitantes de ese microcosmos (que pudiera integrar a todo el
género humano) comparten un ¿perpetuo? aislamiento, sin apenas capacidad para comunicarse o
comprenderse, cercenados, en apariencia, de las vivencias más profundas de sus semejantes. Todo se
muestra como un continuo simulacro, con seres que actúan entre hastiados y abatidos. Abundan en la
cinta las escenas memorables: la boda, a caballo entre dos mundos, con el río inexorable en medio de
los novios; la primera escena, circular y sobrecogedora, en la que asistimos al rescate de los
cuerpos suicidados en medio de una nube de helicópteros; el final, ¡ah, el final!, maravilloso. Con
un amarillo deslumbrante, el de los "ángeles" que resplandecen en los postes, tratando de
restablecer la comunicación. Una escena fallida: el reencuentro, protagonizado por los personajes de
Marcello Mastroianni y Jeanne Moreau; hay algo en su tempo que no acaba de funcionar, pese a la
preparación milimétrica de los encuadres y la exquisitez con la que está rodada. Un defecto: una
película tan lenta, con un planteamiento tan diáfano, no debería resultar confusa, y, a ratos,
adolece de ese vicio. Demasiado aire, demasiada contención, y un exceso de preciosismo retórico que
desluce el tejido emocional de aquello que se nos presenta. Una idea tópica: el informador objetivo
que no puede evitar su implicación sentimental. La atmósfera de nieve, lluvia y frío da vida al
limbo de la espera, donde el desánimo penetra hasta los huesos. El guión parece salido del estudio
de un ingeniero del lenguaje y de la imagen (¡qué pulcritud en cada toma!); todo está medido hasta
el extremo, las simetrías, las reiteraciones, la inexistencia del sol y de la acción. La falta de
utopías e idearios. Y el personaje más logrado de la cinta: el olvido de sí mismo en el silencio de
la muerte". - Servadac menos«
Título original
To Meteoro Vima tou Pelargou
Próximo estreno: 30 de
Actúan
Marcello Mastroianni, Jeanne Moreau, Vassilis Bougiouclakis, Dora Chrisikou, Gregory Karr
Director
Theo Angelopoulos
Próximo estreno: 30 de
Califícame: