“México es ingobernable”, dijo hace algunos meses una turista argentina a quien esto escribe, para resumir su visión acerca de nuestro país y de los problemas que éste enfrenta, lo anterior, después de su larga travesía por vía terrestre desde Chiapas hasta la Ciudad de México.  

Micaela, originaria de Córdoba (Argentina), partió en compañía su esposo desde su ciudad natal hacia Chile y después, por todos los países de Latinoamérica en busca, según ella, de nuevas aventuras y descubrir las tradiciones y personas de cada nación.

La visión de los argentinos

A los cuatro años de iniciado su reto (2015),  estos viajeros llegaron a tierras mexicanas con la curiosidad e incertidumbre de saber cómo los recibiría el mayor país hispanohablante del mundo y el tercero más poblado del continente (sólo después de Estados Unidos y Brasil).

La comida, cultura y solidaridad de los mexicanos acaparó de inmediato la atención de esta pareja sudamericana, pero también el “increíble desorden”, señaló, en el que vive su gente.

Hechos en México

El ambulantaje, los asaltos, la contaminación, corrupción, impunidad y la cantidad de movilizaciones por diversos motivos, hicieron que estos turistas describieran a nuestro país como único en su tipo; “anárquico”, aseguraron.

Por supuesto que Argentina no escapa a todos estos problemas; sin embargo, afirmaron que el número y frecuencia con la que aquí ocurren estos conflictos sociales no tienen comparación con algún otro país de la región.

Cifras “de miedo”

De acuerdo al Observatorio de la Conflictividad Social en México (OCSM), en 2008 se registraron más de 2 mil conflictos (sociales) de todo tipo (agrarios, indígenas, políticos, territoriales, etcétera); en 2013, la Secretaría de Seguridad Pública de la CDMX registró un total de 7 mil 910 marchas en la capital; eso sin contar los más de 18 mil asesinatos que ocurrieron en el país durante 2015.

Estas cifras no se generaron espontáneamente, son el resultado de un Estado débil, de gobiernos locales y cuerpos policiacos infiltrados por los cárteles de la droga, de un presidente mermado en su poder y por ende, en su capacidad de tomar decisiones, aparatos de seguridad y justicia corrompidos y muchas leyes de vanguardia pero que no se cumplen.

¿Nada que hacer?

Lo más sorprendente es la capacidad de adaptación (o resignación) en la que viven millones de mexicanos, los que infringen, los que toleran actos ilegales y los que piden cambios para mejorar dicha problemática pero que  aún no logran articular un movimiento que combata pacíficamente esas malas prácticas.

Hoy estamos atrapados en un callejón sin salida, la violencia y la crisis económica poco a poco van asfixiando a México, la autoridad cada vez desaparece y no “tapa” los agujeros por donde brotan todas las cosas negativas que pensábamos sepultadas.

Micaela y su marido se fueron de México a comienzos de 2016, maravillados por nuestras pirámides, ciudades y gastronomía, pero con la imagen de un país “caótico”, tan grande como sus necesidades y por supuesto, como su ingobernabilidad. 

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