Puede que las fiestas y celebraciones de día de muertos, que conmemoran la conclusión de la vida, y honrar a quienes ya no se encuentran en este plano entre nosotros, terminaran no hace mucho, pero la realidad es que los fenómenos extraños, esos acontecimientos que “enchinan” la piel al escucharlos, no se van con las fechas previamente mencionadas.

A lo largo del tiempo se cree que cuando existe una muerte cruel, con dolor, y básicamente violenta ocurre en algún lugar, el alma de una persona puede permanecer vagando, solitaria, sin una razón o un punto de entendimiento entre ciencia y religión en pleno siglo XXI. Pero lo que sí se sabe es que cuando ocurre algo sobrenatural (aquello que va más allá del origen), las consecuencias como las personas a quienes le ocurren pueden quedar estupefactas, con el panorama distorsionado de que creer y no creer, de lo tangible y lo invisible, de lo real e irreal ante uno.    

Y antes de continuar, no se preocupen, su servidor no se volverá escritor de anécdotas de terror o de las famosas “creepy pasta” de tiempo completo, pero lo que sí es de preocuparse es lo que voy a contar a continuación que ocurrió esta semana en la ciudad de Puebla, concretamente muy cerca de la universidad del valle de México en el rumbo de zapata, en el camino real a San Andrés. Cada quien decide creer los hechos escritos con testigos y personas que, nada que ver unos con otros, pero que tuvieron una experiencia extremadamente extraña. Bajo esto, al final ustedes tienen la última palabra.

Antes de comenzar, debemos dejar como antecedente que cerca de la UVM y donde se encuentran estos puentes se localiza un panteón, el cual es fuente de rumores y anécdotas de gente que tiene historias extrañas, pero nada con una base sólida, o el famoso te ocurre algo feo “cuando estas solo y tienes la cámara con la peor resolución a la mano”. Posteriormente se encuentran los ya famosos puentes, donde lo que sí es tangible, es que se llega a tapar la cloaca y hace un caos la vía, pero eso es para otra ocasión, y pasando eso ya cerca del metrobus se encuentra una cosa peculiar en todo México que funciona de referencia: un Oxxo.

Todo se remonta a este miércoles 4 de Noviembre de 2015, cuando mi hermano caminando por las calles de dichos rumbos (y los lectores poblanos podrán corroborarlo) las cuales son bastante tranquilas, y más entre semana a altas horas de la noche, se vieron interrumpidas cuando el al llegar a la esquina de la UVM y ese puente, noto que había un circulo de patrullas y policías aparentemente haciendo una búsqueda exhaustiva, recorriendo todo terreno y todo rincón del puente, como si estuviesen buscando a alguien desesperadamente. Mi hermano no pudo contener su curiosidad y se acercó a uno de los policías que estaba más lejano, para preguntar qué había ocurrido, esto ya que por esa zona él tiene sus intereses. Lo que seguiría sería algo digno de escribirse como lo hago en este momento en las páginas de su servidor…

“Joven sin ofender… ¿Usted cree en los fantasmas?” Directo, concreto, sin pelos en la lengua fue lo que le contesto un policía, una persona que representa la autoridad y que afirma como primer argumento esto, es el comienzo de que algo definitivamente no anda bien. Esto obviamente desconcertó a mi hermano el cual sencillamente pidió una explicación de lo que estaba pasando (racional o irracional, una explicación de entrada era lo más apropiado). Aparentemente lo que había sucedido es que unos policías haciendo su labor de dar la ronda por la calle pasando el panteón que mencionaba anteriormente, encontraron a una mujer con signos de agotamiento físico, esta con el cabello negro, largo, piel morena con un tono extraño, y un vestido blanco descalza. Los policías al percatarse de ella decidieron auxiliarla, esto porque en Puebla se presentan casos de mujeres que sufren abuso doméstico y acaban en dichas condiciones. Los policías bajaron para asistirla y preguntar si todo está bien, diciendo que ella caminaba en silencio sin voltear a verlos, solamente moviendo sus piernas lentamente.

Ellos viendo que no reaccionaba, regresaron a la patrulla para pedir apoyo de una ambulancia y apoyo psicológico para la mujer, solamente para darse cuenta de que cuando regresan a auto, ella corre en dirección hacia el puente, ellos proceden a alcanzarla, pero esa lentitud desaparece y les pierde el paso, para darse cuenta que la mujer sube el pasto y a lo más alto del puente, los policías siguen a la mujer, solamente para observar como es que esa noche, y sus vidas no volverían a ser las mismas, ya que la mujer con la velocidad que tomo, salta del puente, los policías a lo lejos observan el cabello largo y oscuro caer por el puente, y escuchan un golpe brutal que remata el concreto, por lo cual aceleran el paso para auxiliar a la mujer… solamente para darse cuenta que donde debería de estar un cuerpo malherido, no había nada.

Los policías llamaron a los demás para hacer una búsqueda, porque si esto se trataba de una broma, es probablemente una de las más macabras que se han hecho en ese punto, pero no había nadie, la calle estaba solitaria en ese momento y así se quedó hasta que los policías la rodearon, tratando de dar una explicación racional a lo que experimentaron en cuestión prácticamente de segundos. Lo más macabro de todo, es que a lo largo de esa noche se menciona que hubo personas que afirmaron que vieron después de lo que paso a esa mujer, cerca del Oxxo que mencione previamente, esto sin causar mucho alboroto, tal vez la gente pensaba que era una indigente, o no le prestaron atención, pero que merece ser un factor de curiosidad.

Mi hermano que recorrió esa noche gran parte de la calle aquella noche, noto como había policías dando vueltas, más de lo normal, que se sentía un ambiente extraño, fuera de lo común, ese ambiente después de un huracán, que sencillamente algo no anda bien, poco tiempo después esa noche el llego a platicarme lo que ocurrió… al día siguiente obviamente no hubo tabloides, ni más anécdotas, ni algo sobresaliente, todo se quedó en el “susto” de lo que paso aquella noche.

San Andrés (por o decir Puebla) está llena de misterios, y cuando le toca a uno vivirlos, le da al cuerpo esa sensación y ese escalofrió que recorre todos los brazos, pasando por todos los sentidos y llegando a lo más profundo, pero es de cada quien hacer y tener su propia síntesis, el oficio policiaco está lleno de historias que ni a Hollywood se le hubiesen ocurrido, pero es de cada quien creer o no creer, pero al final del día nuestro horizonte cambia para siempre.

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