La novela épica de Alexandre Dumas con los personajes míticos engalanados por tres valientes mosqueteros dispuestos a ofrecer la vida para proteger al rey, la celebre frase "Todos para uno, y uno para Todos"; es la historia ideal de lealtad, honor y coraje de los hombres cercanos al monarca.

Impensable que la novela diera cabida a la mínima vacilación de lealtad y compromiso de los mosqueteros ante su Rey.

Que garantía para cualquier monarca, gobernante, dictador o cacique el poder ufanarse de tener un cuerpo de elite que lo proteja ante la amenaza de cualquier adversidad.

Los tres mosqueteros en la política mexicana sin duda tendría atractivos componentes de traición, pifias, errores, valientes discursos contrastando con cobardes actuaciones, eso si, la ironía y la sátira se convertirían en un aderezo irresistible para propios y extraños.

Ya entrando en terreno de la política mexicana en partícula del gobierno de Enrique Peña Nieto, que paso en forma fulgurante de gloria al infierno. Desde el inicio de su administración el Presidente se enfoco a construir los consensos necesarios para aprobar una agresivo paquete de reformas estructurales con la firme convicción de pagar el costo necesario que implicara tal cometido.

En el proceso de concertación la oposición respondió con responsabilidad ante el reto reformista, así el PAN en un acto de compromiso con México hizo a un lado los agravios que padeció durante 12 años como gobierno ante la negativa de un PRI que se erigió como un dique de cualquier intento de reforma, pero en los tiempos de México no cabe la mezquindad ni mucho menos el rencor, simplemente la suma de voluntades, así lo asumió el PAN y actuó en consecuencia.

El PRD por su parte también hizo lo propio para abonar a la temporada de reformas, en algunas mantuvo su postura histórica de rechazo pero en otras tantas se comportó a la altura de las circunstancias.

El proceso reformista no fue tarea fácil, inclusive los voceros y operadores fallaron en muchas ocasiones donde llegaron a perder el rumbo e inclusive, ¡Hasta la cordura¡, ahí el Presidente se vio en la necesidad de operar en forma alterna para garantizar los consensos, ya tenía una primera señal que su gabinetazo presentaba carencias critica. Esta fue la primera llamada.

En paralelo la crisis de ingobernabilidad e inseguridad en Michoacán y Tamaulipas mereció temerarios discursos del gabinetazo, quien repetidamente anuncio que los problemas se resolverían en nueve meses, ya pasaron dos años y el problema simplemente empeora, mucho discurso pocas acciones.
La crisis por la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa agarro mal parado al gobierno de Peña Nieto, donde todo el aparato de seguridad concentrado en la Secretaria de Gobernación quedo exhibido por su ineficiencia en el tratamiento de un tema que termino por tronarle en las manos al Presidente. El gabinetazo de nuevo demostró impericia y falta de capacidad para enfrentar problemas de seguridad nacional. Esta es la segunda llamada.

Cuando el Presidente presentó su iniciativa de Reforma Hacendaria nunca escucho las alertas de los sectores productivos, ni de la oposición, ni mucho menos de las voces de auténticos expertos en la materia. Así una reforma restrictiva y regresiva avanzo con el apoyo del PRI, PRD, y los patiños del PVEM y del Panal.

Los resultados de la pifia fueron inmediatos, ante la férrea reacción de las ciudades fronterizas quienes por decreto fueron los primero en sentir el primer avance de la inflación ante la generalización del IVA. El Presidente tuvo que hacer frente con medidas para mitigar y amortiguar el descontento de la gente de la frontera.

A principios de 2014 los pronósticos de calificadoras internacionales y firmas consultoras de prestigio alertaban sobre potenciales señales de recesión y contracción de la economía mexicana. El gobierno federal no tuvo humildad para reconocer el error de la reforma fiscal, así ratificaron las medidas erróneas mandando señales negativas hacia los mercados internacionales pero sobre todo hacia el interno. En octubre pasado las alertas subieron de nivel sin respuesta del gobierno federal, fue hasta que el peso sufrió un severo descalabro cuando empezaron a inyectar dólares para amortiguar la fuga de capitales. Este diciembre los capitales están en fuga, los macro, grandes, medianos y hasta los pequeños, tan solo den una vuelta por los bancos de Texas, Arizona, Florida y California. Esta fue la tercera llamada.

Con toda esa crisis de gobernanza del gobierno de Enrique Peña Nieto, quedo como blanco fácil ante la exhibición del conflicto de intereses con Grupo Higa, la Casa Blanca, el tren rápido, y las mansiones del gabinete quedaron expuestas ante la opinión publica.

El Presidente Enrique Peña Nieto esta solo, sus mosqueteros están más ocupados en cuidarse a si mismos en lugar de sacar la cara para defender a su jefe. Esta claro que el Presidente no hará cambios drásticos en su gabinete, aun a pesar de los errores, traiciones y omisiones de sus ¿Fieles? Mosqueteros, se jugara el resto de su gobierno con sus cuates aunque le cueste la cabeza.

Los mosqueteros del Presidente acuñan una nueva versión de la frase de la novela de Dumas tropicalizada a la crisis de corrupción del momento y dirá: "Todos para Higa, e Higa para Todos".

@mapaestrategico

Editorial publicado en el portal político La Silla Rota.