Pocas veces en éstos últimos años el Clásico español llega en la previa con el favoritismo con el cual llega esta vez el Real Madrid. Con la era del mejor Barça de la historia, los merengues han sido testigos de la hegemonía del rival y aunque le han discutido algún título, el poderío estaba del lado blaugrana.

Hoy la situación es diferente, los aires por Catalunya soplan distinto y los jugadores están norteados extrañando todavía al gran líder que los llevó al clímax, Pep Guardiola. El Barça con Gerardo Martino, es un equipo bipolar, capaz de dar su mejor versión un partido y al siguiente hacer el peor posible, dando síntomas del declive de cierta parte de ésta generación triunfadora. Y es que también está claro que el método se lo iban a aprender a nulificar los rivales, pero la cuestión es seguir innovando y reinventándose para seguir ganando, tal como lo consiguieron anteriormente. Pero actualmente no hay regularidad en el juego y ni siquiera en el estilo partido a partido.

Más que jugar al estilo, porque aunque tienen la posesión a veces ya no se ve que sepan ‘para qué’ tienen el balón, juegan a jugadas y esas jugadas es buscar a Leo Messi, el principal activo de este equipo. El argentino se asocia bien con todos, cada vez baja más a construir las jugadas buscando paredes para terminarlas él mismo o bien filtrar pases imposibles a sus extremos. Sus mejores socios son dos de los más discutidos: Dani Alves y Cesc Fábregas. No por su capacidad, sino por la irregularidad con la que lo muestran, Alves por la desubicación defensiva y Cesc por perderse en los momentos más trascendentales. Será vital seguir viendo aAndrés Iniesta en plena recuperación, pasando individualmente por su mejor nivel desde hace dos años posiblemente. Su desequilibrio puede ser fundamental para desatascar espacios para que Messi los aproveche. Y claro, el punto débil: las transiciones defensivas. Partidos perfectos de Piqué, Mascherano y Busquets.

Pero a pesar de las individualidades, el Barcelona ya no somete a los rivales como lo hacía con cada uno que se pusiera en su camino, en Liga o en Champions. Ahora es superior la mayoría de las veces pero no es el verdugo que vimos en campañas anteriores. Eso sí, los resultados se siguen dando de algún modo y se duda más de ellos, porque también estamos ante la mejor versión del Real Madrid en muchos años. Carlo Ancelotti ha aprovechado el impulso ganador que dejó Mourinho para mejorar en aspectos mentales y tácticos, donde la libertad de acción de Luka Modric hace que el equipo mueva el balón de un lado a otro a gran velocidad para llegar por las bandas y poner el balón en el área, de donde inteligentemente sale mucho Benzema para darle el espacio a Cristiano Ronaldo, mejor finalizador que él sin duda alguna. Digamos que el ’9′ termina jugando de ’10′ o de ’7′ para que el ’7′ juegue de ’9′. Y hay que hablar más del portugués, que conforme pasan los partidos entiende mejor el juego, sigue buscando su cañón pero también entiende cuando hay que tocar al compañero mejor ubicado para que finalice él o para que le devuelva la asistencia. Bale o Di María ahí sus mejores aliados. CR7, una máquina demoledora, su potencia es única y espectacular, está donde tiene que estar y pocas veces perdona. Si el Madrid está como está, es en gran parte por contar con él.

Nuevo duelo de titanes en el Bernabéu. Y será intenso, cómo nos gustan, cómo se disfrutan más los clásicos. Favorito el Madrid, pero si hay algunos que saben cómo ganar en ese campo son los culés, pero el domingo conseguir los tres puntos no es ningún lujo ni autoridad, es simplemente volver a competir por la Liga que se han dejado en otros campos. Una Liga que puede quedar todavía en el aire y de la cual este domingo el tercero en discordia puede beneficiarse. Este Clásico, también lo juega el Atlético de Madrid.

Nos leemos en Twitter: @dortizsc