Si les soy honesta, no me gustaría ni por un día ser el Presidente Enrique Peña Nieto. Seamos claros, el Presidente que en el 2012 ganó con cerca del 40% de la votación por parte del electorado, hoy no ha dado muestra de ninguna capacidad para enfrentar los problemas que nos aquejan como país.

Veamos algunos datos, que son duros y que me gustaría pensar que son “letales” para un gobierno que no cumplió ni las promesas ni las expectativas de las personas que votaron por él, ni tampoco de todos aquellos que decidimos desearle un buen gobierno, a pesar de que no comulgaba con nuestra visión de país.

El Chapo Guzmán se escapó de la cárcel “más segura” de México, “por respetar los derechos humanos”, de un hombre que pasaba más horas en la celda que en “libertad”, ¿irónico, no?, el dólar está por las nubes, alrededor de los $16.50 en los bancos, la inseguridad no ha cesado, la ronda de licitaciones de PEMEX fue un fracaso y para acabarla de amolar, la CONEVAL le dio con todo al Presidente con su informe sobre la pobreza.

Al principio del sexenio el Presidente Enrique Peña Nieto lanzó la Cruzada Nacional contra el Hambre en uno de los estados más pobres del país, Chiapas, con la finalidad, según, de abatir de manera masiva la pobreza, la desnutrición y la marginación social en México. Sin embargo dos años después, los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, (CONEVAL), muestran todo lo contrario y no mienten.

La pobreza aumentó de 53 millones de pobres a 55 millones, en el campo aumentó de 16 millones a 17 millones, la pobreza extrema en la población indígena aumentó de 30.6% a 31.8% y si aún nos queda duda de  si la Cruzada Nacional contra el Hambre funciona o no, este dato elimina cualquier especulación. La carencia por la alimentación pasó de 27.4 a 28.0 millones de personas, es decir, aumentó casi en un 3%.

Sin duda ha sido un mes negro para la administración peñista, pero bueno creo que de lo que va de la administración no ha tenido un mes con “luz” o ¿sí?

Peña Nieto entró ya al último tramo de su gobierno y corre el riesgo de pasar a la historia como uno de los peores presidentes, sí no da un cambio de “timón” fuerte y que de muestras de rumbo. Suena trivial pero es verdad, México ya no puede esperar a que las reformas estructurales den resultados y con ello se puedan ver “reflejadas” en los bolsillos de los mexicanos en quien sabe cuántos años, pues la pobreza ha aumentado por múltiples factores pero uno de los más importantes es porque el ingreso de las familias ha disminuido.

México ya no “debe seguir por este camino”, como lo afirmó la Secretaría de Desarrollo Social, Rosario Robles, porque eso significaría que la pobreza siga siendo un negocio, que los mexicanos seamos indiferentes a los problemas que tenemos, que el triunfo o la derrota de la selección mexicana merme más nuestro estado de ánimo, que la corrupción que padecemos o que simplemente un Presidente no se vea obligado a renunciar, ni que renuncié nadie de su gabinete, por la fuga de uno de los delincuentes más buscados por el mundo, por tener  casas “blancas”, que quien sabe como compraron pero que simulan que fue su esposa y que por más que digan lo que digan este país no se está moviendo...

“Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo.... del miedo al cambio”. Octavio Paz