Si siembras sandías y pasan los meses hasta el tiempo de cosechas, no esperarás llegar al campo de cultivo para recoger melones ¿cierto? Pues el liderazgo parece algo más o menos así.

¿Con qué tiendes a relacionar el término liderazgo cada vez que lo escuchas? Probablemente lo asocies con palabras como responsabilidad, autoridad, poder, emprendimiento o mando.

 “El arte de influir sobre la gente para que trabaje con entusiasmo en la consecución de objetivos en pro del bien común.” Así es como define James Hunter al liderazgo , en su libro La Paradoja.

Es un arte, porque requiera destreza y habilidad, ya sean propiamente innatas o adquiridas.  Influir, es un componente esencial en el liderazgo. Influir es aquella capacidad que tenemos de delegar tareas a terceros para que éstas sean llevadas a cabo de manera eficiente.

Al mismo tiempo,  podemos influir por medio de dos canales distintos: el poder y la autoridad.

Poder: La capacidad de forzar a alguien a ejecutar una acción aun en contra de su propia voluntad o criterio, debido a tu posición o fuerza.

Autoridad: El arte de convencimiento sobre las personas para que ejecuten una acción debido a tu influencia personal.

Podemos coincidir con la idea de que antes de ser líderes, figuras, o jefes de algún grupo, somos seres humanos. En consecuencia a ello, podríamos partir de la idea de que antes de ser líderes de excelencia, tenemos que ser seres humanos de excelencia. Y los seres humanos de excelencia, mantiene relaciones humanas del mismo tipo.

Entendemos entonces que la influencia por medio del poder o el miedo, a la larga tenderá a crear fricciones entre las personas y dará la relación por terminada o lastimada, si bien nos va.

La autoridad es amistosa. La autoridad es aquella influencia que encuentras en los consejos sensatos de los amigos, en los avisos en los que confías para seguir direcciones. En las recomendaciones de tu familia y la gente que te considera alguien importante. Recuerda, es autoridad, no autoritarismo. 

Entonces, qué tal si dentro de la autoridad colocamos éstas cualidades: confianza, respeto y credibilidad, además de carisma ¿A quién en tu vida consideras como alguien poseedor de éstas características? ¿Qué tanto influye en tus decisiones?

¿Y cómo se gana uno la confianza, el respeto y la credibilidad de nuestra gente? Sencillo. Eres el líder: SIRVE.

¿¡Servir!? El líder ordena y mantiene a sus seguidores ejecutando y dirigiendo acciones, según parece. Pues sí, pero no. El líder dirige, efectivamente. Porque tiene conocimiento teórico, de campo, práctico y experiencia.

Por cierto, en los negocios por ejemplo. No caigas en la trampa de pensar que tu mejor mesero puede ser el líder ideal para cubrir el puesto de capitán sólo por tener habilidades de mesero. O que tu mejor cargador o vendedor encajaría como líder sólo por hacer las labores prácticas de la mejor manera y ser el más productivo. Es importante saber hacer bien las tareas, pero puede ser que esa persona sea bueno para algo, pero no bueno necesariamente para dirigir. En caso de que no lo fuera tendrías a cargo a una persona sin las competencias necesarias para el puesto, y al mismo tiempo perderías a tu mejor elemento en esa área.   

De vuelta a nuestro punto de partida. El líder tiene que ser el primero en servir a quienes el guía. Esto consiste en saber identificar las necesidades legítimas de las personas y saber satisfacerlas. Y estamos hablando de necesidades, no de deseos.

Los trabajadores pueden desear ganar $500, 000.00 al mes como sueldo base, y de hacerlo seguramente tu empresa no duraría mucho tiempo. Pero eso no es lo que necesitan. Necesitan un trabajo donde exploten sus mayores capacidades al máximo y se les retribuya su esfuerzo con un salario basto para cubrir otras necesidades económicas. Necesitan las herramientas de trabajo, necesitan la capacitación y necesitan la motivación para hacerlo.

El líder identifica las necesidades que la gente tiene de autorrealización, y por lo tanto sabe manejar niveles de exigencia adecuados para cada quien dentro de sus capacidades. Sabe que no todos pueden ocupar un determinado puesto al mismo tiempo, ni todos los coaches saben que todos sus jugadores llegarán al mejor equipo profesional. Pero saben impulsarlos a ser los mejores jugadores o vendedores que puedan llegar a ser.

El que en servicio dirige, en servicio será respondido. Una situación similar a la que sentimos cada vez que somos favorecidos por la acción de alguien en nuestra vida cotidiana, y tendemos a responder con la misma moneda.

Cuando servimos y buscamos objetivos en nombre del bien de los demás, nos ganamos no sólo el respeto y agradecimiento de nuestro equipo, sino que generas valor agregado en las personas y haces crecer tu capital humano. Fortalecemos nuestras relaciones personales y obtenemos la autoridad que deseamos para influir en los demás.

No es un atuendo que te pones al entrar a una oficina o reunión de trabajo. Es un modo de vida que se desenvuelve a lo largo de nuestras vidas y en una plenitud de facetas. No es el que más habla o sobresale de los demás. Es aquel que hace sobresalir a los demás. Vive son sencillez, agradecimiento y reconociendo el valor que hay el los otros.

Martin Luther King, Gandhi, Madre Teresa, por mencionar a unos cuantos son el claro ejemplo de lo que significa ser un auténtico lider sin silla de poder.

¿Tu qué opinas?

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